Sólo era cuestión de tiempo para que el arrogante presidente mexicano se quejara del “pueblo bueno y sabio”. Sólo debía asomar la realidad del ambicioso mandatario -que vive a todo lujo en un Palacio y viaja con 15 camionetas de guaruras-, para olvidar el “surito blanco” y los “baños de pueblo”. Sólo debía pasar la calentura social por el mesías prometido, para que López Obrador descontinuara el engañoso eslogan de que no usaba guaruras porque: “el pueblo me cuida”. Y sólo debía imponerse la realidad del fallido gobierno de la 4T, para que AMLO olvidara el grosero montaje de
Sólo era cuestión de tiempo para que el arrogante presidente mexicano se quejara del “pueblo bueno y sabio”. Sólo debía asomar la realidad del ambicioso mandatario -que vive a todo lujo en un Palacio y viaja con 15 camionetas de guaruras-, para olvidar el “surito blanco” y los “baños de pueblo”. Sólo debía pasar la calentura social por el mesías prometido, para que López Obrador descontinuara el engañoso eslogan de que no usaba guaruras porque: “el pueblo me cuida”. Y sólo debía imponerse la realidad del fallido gobierno de la 4T, para que AMLO olvidara el grosero montaje de