Navidad: De Huitzilopochtli al nacimiento de Jesús, fusión de dos culturas – Periódico Momento Noticias

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- martes, diciembre 24 de 2019

#SLP I #Opinión #Recomendación I La navidad es una fecha muy especial y tradicional en la vida de los mexicanos

Por: Rafael Munguía Garduño

La navidad es una fecha muy especial y tradicional en la vida de los mexicanos, una fecha oportuna para reunirnos con familiares, amigos y llevar a cabo intercambios, un momento para olvidarse de la dieta y compartir una deliciosa cena, para adornar oficinas, casas, calles y comprar regalos para los amigos queridos y toda la familia; pero, ¿Cuál es el origen de la navidad? ¿Por qué es una fecha importante para los mexicanos?

Para los católicos, la navidad es una de las celebraciones religiosas más importantes, pues representa el nacimiento de nuestro señor Jesucristo, en México, esta celebración comienza a partir de la época colonial, ya que los misioneros españoles buscaron una fórmula que les permitiera evangelizar a la población adaptando las propias tradiciones de los pueblos prehispánicos con el fin de lograr una conquista espiritual, la cual consistió en suprimir antiguas creencias religiosas e implantar el cristianismo católico. Un ejemplo, representativo y simbólico son las piñatas, cuyos siete picos, representan los pecados capitales y los dulces que se obtienen de ella es la gracia de dios.

Sin embargo, es importante compartir con ustedes, que antes de la conquista española, Los aztecas, durante el mes de diciembre, con motivo de la fiesta a Huitzilopochtli (Dios de la guerra o niño sol) festejaban en todas las casas y obsequiaban a los invitados comida y estatuillas hechas de maíz azul. Casualmente el 24 de diciembre era el día en que el sol resurgía después del solsticio de invierno que era el 21, y para verlo renacer se celebraba con rituales y danzas.

Como parte del proceso de evangelización, esta celebración ancestral, fue sustituida por las posadas, la cual represento simbólicamente el peregrinar de José y María a Belén, el motivo religioso da sentido a estas fiestas, donde se reza el rosario, la letanía, se comparte la comida y se concluye rompiendo la piñata. De acuerdo a los historiadores, la primera navidad en la que se tiene registro fue celebrada en 1526 por Fray Pedro de Gante, un misionero franciscano.

Finalmente, la fiesta de Huitzilopochtli (llamado por Hernán Cortés “Huichilobos, el dios sangriento”) se le asocio en algo diabólico, por lo que, en la Santa Inquisición en la Nueva España, la idolatría a otros dioses representaba un delito que perseguía el Santo Oficio. De esta manera, los pueblos conquistados evitaron mantener el festejo de esta tradición azteca, por el peligro de ser acusados de herejía o idolatría, exponiéndose a ser juzgado por esta institución religiosa.

Sobre el nacimiento de nuestro señor Jesucristo, no se tiene la fecha precisa del nacimiento, por falta de documentos exactos, se ha hecho mención que se encuentra entre el 17 de diciembre y el 29 de mayo. Sin embargo, la navidad se celebraba el 25 de diciembre desde el siglo IV, misma fecha en que se llevaba a cabo una antigua fiesta pagana al sol (coincidente con el solsticio de invierno). El Emperador Constantino establece legalmente la navidad durante las fiestas del solsticio de invierno.

Ahora bien, desde el punto de vista espiritual, el nacimiento de Jesús, representa una nueva promesa, un nuevo mundo que puede ser renovado y en la que cada uno, a pesar de las dificultades y adversidades, gozamos de una gran libertad para transformar lo que se encuentra en nuestro alcance.

La navidad es un momento de reflexión y transformación personal e interno, es una fecha que nos invita a renovarnos y renacer. Nuestro ambiente está necesitado de paz, cada uno de nosotros, nuestras familias, debemos reencontrar la serenidad y orientar nuestras acciones a la justicia y equidad, envolvernos en el amor al prójimo.  Es a través del ejemplo como podemos influir en los demás, ya que así dejamos testimonio y somos congruentes con lo que pensamos.

Finalizare esta columna, citando el consejo del papa Francisco, quien dice:

“Que la Santa Navidad no sea nunca una fiesta del consumismo comercial. Que sea una fiesta de la alegría, de acoger al señor en el pesebre y en el corazón”.

 

Lic. Y M.C.I. Rafael Munguía Garduño

Especialista en impuestos y comercio internacional

Catedrático, conferencista, asesor y promotor cultural.