LOS CASTIGADOS DEL HOSPITAL

Por

Oro

- miércoles, abril 16 de 2025

San Luis Potosí se enorgulleció durante muchos años de tener la escuela de Medicina considerada la mejor del país. Una de las razones era que tenía un hospital adjunto: el Hospital Central, donde los mejores médicos podían apoyar en la educación de los estudiantes de esta escuela. Pero de un tiempo para acá, el Hospital Central se convirtió en el cofre del tesoro de Alí Babá y los 40 ladrones.

Tras severos escándalos, entre los que destacan rumores no comprobados ni sustentados de que se estaba engañando a pacientes oncológicos con placebos, o el haber recibido medicinas caducadas en una supuesta trampa grillesca, y por supuesto, la investigación en la que se detectaron desvíos de fondos por parte de la administración durante el sexenio de Juan Manuel Carreras.

El hospital, que ha batallado mucho para sobrevivir, ahora se está ahogando con la problemática actual, incluyendo conflictos con los médicos que laboran en este nosocomio. La importancia de esta institución, paradigma de la medicina en San Luis Potosí, está presente en la conciencia de todos los ciudadanos, cuántos más si fueron atendidos en ese lugar.

Recientemente, el Tribunal Estatal de Justicia Administrativa de San Luis Potosí determinó que eran culpables de estas faltas administrativas, durante el sexenio anterior, el doctor Francisco Alcocer y otros dos personajes que le asistían, imponiéndoles como castigo la inhabilitación por un año para ocupar un puesto en el gobierno.

Este monero piensa que dicho castigo parece más bien simbólico. Todos sabemos que el doctor Alcocer tiene su propia consulta y no necesita de dicho puesto. Muchos de sus colegas lo tienen en alta estima y lo reconocen como una gran persona. Probablemente terminó pagando algo que él no causó, algo que más bien se puede atribuir a sus jefes. Pero tristemente, a él le tocó la rifa del tigre y tuvo que pagar los platos rotos.

Tal vez parezca injusto, pero el tribunal determinó que había un castigo que aplicar. Esto nos deja con la disyuntiva de pensar que, por un lado, tal vez el doctor no lo merecía, y por otro, que castigos tan ridículos son los que impone dicho tribunal a quienes malversan fondos del gobierno.

En fin, ahí va otro tema que meditar, y que seguramente el futuro del sistema judicial en México no va a resolver. Al contrario, como todos sabemos, vamos a hundir aún más al sistema judicial mexicano en la corrupción y la depravación.