George Orwell: el escritor que nunca deja de tener razón

Por

Paola Torres

- viernes, junio 27 de 2025

En tiempos donde la desinformación se difunde a la velocidad de un clic y la vigilancia se disfraza de eficiencia digital, el nombre de George Orwell resuena con inquietante vigencia. ¿Cómo un autor que murió hace más de setenta años puede entender tan bien los mecanismos del poder contemporáneo? La respuesta está en la profundidad incómoda de su literatura.

1984 no es solo una novela distópica; es un manual para detectar las grietas del presente. El “Gran Hermano” ya no es solo un dictador omnipresente: es el algoritmo que decide qué vemos y qué ignoramos. El “doblepensar” no es ficción: lo practicamos cuando justificamos la censura si nos conviene, o aceptamos contradicciones políticas sin chistar. Y la “neolengua” no está lejana: la encontramos en los eufemismos que maquillan la violencia institucional, la pobreza o la represión.

Por su parte, Rebelión en la granja sigue siendo una de las mejores sátiras políticas jamás escritas. Bajo la apariencia de una fábula animal, Orwell retrató con escalofriante claridad cómo los ideales revolucionarios pueden degenerar en tiranía, y cómo quienes luchan por la libertad pueden terminar perpetuando el mismo sistema que querían destruir. “Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”, escribe Orwell, como si describiera cualquier sistema político moderno donde la igualdad es bandera y al mismo tiempo simulacro.

Orwell no escribió para su tiempo: escribió para todos los tiempos. No buscó consuelo ni complacencia. Escribió para incomodar, para sacudir la conciencia, para recordarnos que la libertad no se hereda ni se garantiza, sino que se defiende a veces, con una pluma más poderosa que cualquier arma.

En un entorno donde la verdad es constantemente negociada, George Orwell sigue siendo ese molesto espejo que nadie quiere mirar… pero que todos necesitamos.