12 Llegaron también unos recaudadores de impuestos para que los bautizara.
—Maestro, ¿qué debemos hacer nosotros? —le preguntaron.
13 —No cobren más de lo debido —les respondió.
Lc 3 NVI
A lo largo de mi experiencia en el área de impuestos, he notado que muchos colegas
y “expertos fiscalistas” advierten a sus clientes sobre la complejidad de las leyes
fiscales, considerándolas difíciles de entender y aplicar. Este tipo de comentarios
ha generado temor entre los contribuyentes, quienes llegan a sentir que las
autoridades fiscales los persiguen como si fueran delincuentes.
Es cierto que las leyes fiscales presentan numerosos detalles y casos especiales.
Por ello, es fundamental que empresarios, dueños de negocios y prestadores de
servicios cuenten con una persona de confianza, actualizada y conocedora de las
leyes tributarias que puedan influir en el desarrollo de sus negocios.
Un buen asesor – consultor fiscal no solo debe buscar alternativas que representen
beneficios fiscales para sus clientes, sino que también tiene la responsabilidad de
comunicar de manera equilibrada y objetiva la información relevante. Es
fundamental evitar transmitir únicamente los aspectos negativos relacionados con
las obligaciones fiscales, ya que este enfoque puede generar desconfianza hacia
las autoridades y afectar la relación entre el contribuyente y el sistema fiscal.
El asesor fiscal debe actuar como un puente entre el contribuyente y las
autoridades, proveyendo soluciones que cumplan con la normativa vigente y, al
mismo tiempo, fomentando la confianza y transparencia en el proceso. De esta
manera, se promueve una cultura de cumplimiento responsable, donde el cliente se
siente acompañado y debidamente informado sobre sus obligaciones y
oportunidades fiscales.
En este contexto, comprender y aprovechar las reformas fiscales es esencial para
empresarios, consultores y asesores. Deberíamos acostumbrarnos a integrar
naturalmente la parte tributaria en los negocios, ya que los impuestos forman parte
de nuestra vida y de cualquier actividad que genere ingresos, siendo nuestra
responsabilidad contribuir a las finanzas públicas.
Cada reforma fiscal publicada representa una oportunidad para entender y aplicar
adecuadamente las disposiciones fiscales en nuestras actividades y en las de
nuestros clientes. Más allá de esperar impuestos más “justos”, es necesario
comprenderlos y aplicarlos correctamente.
Los impuestos pueden determinar si un negocio será exitoso o si estará en riesgo
de quiebra. La correcta gestión fiscal es esencial, ya que un descuido en este ámbito
puede llevar a la desaparición de cualquier empresa, sin importar su tamaño o giro.
Por este motivo, los profesionales dedicados al área fiscal tienen el deber de
comprender a fondo las leyes tributarias y saber cómo aprovecharlas conforme a lo
que establece la normatividad vigente. Es fundamental que se busque siempre el
mayor beneficio posible para el cliente, aplicando todos los beneficios que las leyes
ofrecen y detectando las áreas de oportunidad conocidas como “lagunas fiscales”.y
El aprovechamiento de estos elementos puede representar una diferencia
significativa en la estabilidad y viabilidad financiera de una empresa, contribuyendo
no solo a su permanencia sino también a su crecimiento dentro del marco legal.
He observado que, en las planeaciones anuales, algunos empresarios suelen
ignorar el tema de los impuestos, enfocándose únicamente en el retorno de
inversión, lo que puede ser consecuencia de desconocimiento o decisión
consciente. Sin embargo, no considerar los impuestos puede afectar gravemente la
estabilidad financiera del negocio.
La constante evolución de las reformas fiscales implica que los empresarios y
profesionistas contables deban estar atentos a los nuevos criterios legales. Cada
modificación a las disposiciones tributarias representa un reto adicional para
garantizar que los comprobantes y documentos cumplan con los requisitos
establecidos por la autoridad fiscal, lo que puede traducirse en un proceso de
cumplimiento más complejo y exigente.
El incumplimiento de estos requisitos, además de dificultar la deducción de gastos,
conlleva costos adicionales para el contribuyente. Esto puede reflejarse en pagos
extra por correcciones, auditorías o sanciones, así como en el incremento del
impuesto a cargo, afectando directamente las finanzas y la estabilidad del negocio.
Conclusión
En el ámbito empresarial, adoptar decisiones fiscales de manera informada es
esencial para proteger la estabilidad y viabilidad financiera. Ignorar o tomar a la
ligera las cuestiones tributarias puede derivar en sanciones, costos adicionales y en
el peor de los casos, poner en peligro la supervivencia del negocio. Por ello, es
fundamental que los responsables cuenten con una formación sólida y reciban
asesoría especializada que les permita interpretar y aplicar correctamente la
normatividad vigente.
El adecuado manejo de las obligaciones fiscales no solo previene riesgos legales y
financieros, sino que también contribuye al aprovechamiento de oportunidades que
las leyes ofrecen para optimizar los recursos de la empresa. Así, la toma de
decisiones tributarias debe ser parte integral de la estrategia empresarial,
respaldada por profesionales capacitados que aseguren el cumplimiento y la
correcta gestión de los impuestos.