Prácticamente todos los negocios tienen un ciclo de vida que puede verse afectado por dos tipos de factores:
Factores internos
Estos están relacionados con situaciones propias del negocio, como pueden ser la adecuada administración de la empresa, la armonía entre los socios, contar con objetivos claros, entre otros.
Factores externos
Se relacionan con el entorno, las tendencias o modas, las acciones de los competidores, el desarrollo de nuevas tecnologías, etc.
Dentro del contexto del ciclo de vida de un negocio, y considerando los factores internos y externos mencionados, podemos identificar varias etapas por las que atraviesa una empresa o negocio:
- Etapa de desarrollo
- Etapa de crecimiento
- Etapa de madurez
- Etapa de decadencia

Desarrollo
Esta etapa ocurre cuando la empresa o negocio inicia operaciones en el mercado. Generalmente, las ventas o ingresos son escasos y crecen lentamente. Normalmente, al acompañar el nacimiento de una empresa, encontramos energías suficientes para emprender, así como nuevas ideas y proyectos. Sin embargo, también surgen necesidades económicas que permitan el desarrollo de las actividades.
Crecimiento
La demanda de productos y/o servicios comienza a acelerarse y el negocio o empresa empieza a identificarse en el mercado. Esta etapa también podría llamarse etapa de despegue. A medida que el producto o servicio es aceptado por los clientes, se incrementan los canales de distribución, los puntos de venta o los servicios ofrecidos.
Madurez
El volumen de ventas o ingresos por servicios se ha estabilizado y, generalmente, ya no crece más, a menos que se incorporen nuevos productos o servicios. Los negocios se ven obligados a mantenerse en el gusto y la preferencia del mercado, por lo que los esfuerzos se orientan a lograr este objetivo.
Este es el momento ideal para reinventarse: lanzar nuevos productos, cambiar la presentación de los existentes, mejorar la experiencia del cliente, etc., con el fin de ofrecer una imagen actualizada y alineada con las tendencias del mercado.
Decadencia
La empresa o negocio comienza a perder atractivo para los consumidores o usuarios, por lo que las ventas o ingresos disminuyen. Si no se toman medidas a tiempo para renovarse, el negocio puede entrar en una etapa de decadencia. Algunas compañías logran resistir la tormenta y mantenerse activas por un tiempo, pero normalmente deben realizar ajustes para reducir costos (como recortes de personal, disminución de gastos en publicidad, viáticos y otras prestaciones).
¿En qué etapa está tu negocio o empresa?
Estar conscientes de este ciclo, así como de los retos del día a día, puede abrir oportunidades y facilitar la toma de decisiones correctas que prolonguen la vida del negocio o empresa. Además, permitirá que puedan ser llevados adelante o mantenidos por nuevas generaciones.