Recientemente se hizo tendencia el uso del filtro que transforma las fotografías por medio de inteligencia artificial en imágenes que parecieran haber sido realizadas por el Studio Ghibli.
Dicho Studio fue fundado en Tokio en el año de 1985 por los directores y artistas Hayao Miyazaki, Isao Takahata y Toshio Suzuki. Juntos han creado desde películas de animación que han tenido un rotundo éxito no solo en Oriente sino también en Occidente. Ejemplo de ello son Mi vecino Totoro (1988), La tumba de las luciérnagas (1988), La princesa Mononoke (1997), El viaje de Chihiro (2001), El castillo ambulante (2004), El niño y la garza (2024) entre muchas otras, y por las cuales ha recibido en dos ocasiones el premio Oscar por mejor película de animación.
El éxito ha sido tal, que hasta nuestros días, sus animaciónes siguen siendo un referente visual en la cultura pop. Tanto así que la demanda de imágenes con este estilo ha sido enorme a tal grado de llevar a la inteligencia artificial a la saturación, provocando un impacto ambiental severo a nivel mundial, ya que supuestamente se han consumido aproximadamente 216 millones de litros de agua para elaborar las ilustraciones.
Tal situación visibiliza la aceptación que hay, y sobre todo la manera en que este tipo de IA como ChatGPT se ha incrustado en nuestro día a día. Ya que de manera directa, estas recientes tecnologías están cambiando la manera de entender las imágenes, de crearlas y de relacionarnos con ellas.
Para muchos esto significa un avance dentro de los paradigmas dentro del conocimiento y la enseñanza. El mismo Elon Musk predice que la inteligencia artificial pronto superará a la humana, llegando a ser tan omnipresente que “la inteligencia que sea biológica será menos del 1%”.
Para otros, estas nuevas maneras de acercarnos al conocimiento no es visto de la mejor manera, ya que visualizan un futuro en el que el ser humano comenzará a perder el sentido de análisis y reflexión, dejando que las maquinas resuelvan y desarrollen, los cuestionamientos que se ha hecho el ser humano durante siglos, dejando de lado el llamado “aura” que solo el ser humano tiene y es lo que hace que nos diferenciemos de las maquinas.
Uno de los principales detractores es precisamente el creador de este estilo tan viral en estos días, el ya mencionado Hayao Miyazaki que se refiere a ChatGPT como “un insulto a la vida misma”. Claramente esta afirmación la hace el director ya que esta manera de crear no va con su manera de entender el arte.
Tan solo hay que adentrarse un poco a la historia de este artistas para saber que para él la animación es algo más que un impacto estético que se disuelve rápidamente como está pasando en las redes sociales actualmente.
Para Miyazaki la animación es un arte de plasmar sentimientos y emociones a través del dibujo. Y esto lo deja claro en la manera en la que se trabaja en su estudio.
Por ejemplo, una secuencia de animación de Studio Ghibli puede tardar más de un año en crearse, debido a que la animación se realiza de forma tradicional, cuadro a cuadro, llegando a utilizar más de doscientos mil dibujos para una película y tardando años para terminarla.
Esto es lo que precisamente Miyazaki cuestiona de alguna manera con las imágenes creadas con inteligencia artificial, pues deja en claro que están muy lejanas al objetivo artístico que hay en cada una de sus creaciones que realizan él y su equipo, el cual presenta universos, historias e imágenes con un estilo único, muy conocidas por sus paisajes detallados, personajes entrañables y una atmósfera mágica que transporta a los espectadores a mundos únicos y llenos de color. Características que precisamente conquistaron a propios y extraños, haciendo que millones de personas quisiera convertir sus fotografías en una imagen con dichas elementos.
Esto nos deja claro dos elementos que distinguen a la sociedad moderna, una es el fenómeno de la hipervisualización debido a la tecnología digital, la inteligencia artificial y la popularización de herramientas de creación. Y que se manifiesta en la creación de grandes cantidades de imágenes para comunicar ideas, a través de fotografías, emoticonos, memes y en este caso de imágenes al estilo Ghibli.
Y por otro lado, deja ver el culto al Yo y el narcisismo que nos domina como sociedad. Esto debido a la necesidad que existe por sobresalir a través de la pantalla, como bien lo afirma el filósofo Byung-Chul Han el cual afirma que vivimos en una sociedad narcisista que fomenta el culto al cuerpo, la fama, el éxito y la imagen.
Esto se muestra en la necesidad de gran parte de la sociedad por pertenecer al momento, cada vez que ocurre algo como lo de las imágenes que asemejan dicho estilo. Ya que la viralización de esto, y el ser parte de ello crea la sensación que se es parte del “éxito” del momento.
Dejando en claro que las fotografías de la realidad que se muestran al mundo a través de redes sociales, que aunque ya estén modificadas con filtros ya no son suficientes para exponerse ante el mundo, y que es necesario convertirlas en otras realidades, aunque estas realizadas sean parte de una fantasía que se aleja de la reflexión profunda. Demostrando que en parte de la sociedad hay una insatisfacción con su realidad visual, y que por eso existe la necesidad de convertir su mundo en una caricatura que traiga felicidad por lo menos mientras aparece una nueva tendencia.
Ciertamente que con estos fenómenos tenemos la oportunidad de entrever que es lo que está pasando con un tema tan actual como lo es la inteligencia artificial y el como la humanidad se está adaptando a ella.
Seguramente en poco tiempo veremos el desarrollo de la misma, sus pros y sus contras, y hasta donde modifica nuestra percepción y nos aleja de lo que nos rodea, de nuestra manera de pensar, de nuestra forma de expresarnos, y de nuestros deseos y sentimientos.
O como lo afirma tal vez de una manera radical el mismo Miyazaki, “Quien crea estas cosas no tiene ni idea de lo que es el dolor, estoy totalmente asqueado. Yo nunca desearía incorporar esta tecnología a mi trabajo”. Refiriéndose a lo que se puede expresar a través del arte y que no se puede hacer hasta ahora a través de una máquina.