La excitación electoral alcanza la cúspide luego de semanas en reacomodos, negociaciones, avances y sorpresas. Comienza a tomar forma la amalgama política que buscará convencer al electorado en los próximos meses, en medio de un enemigo invisible que obliga a preguntarse hasta qué punto se está preparado para transitar la ruta democrática del 2021 con el menor riesgo posible.
Con la terminación del semáforo epidemiológico rojo en San Luis Potosí, se dio luz naranja no solo a la movilidad de los potosinos, sino a una semana intensa en el proceso electoral con los registros de candidaturas a la primera magistratura del estado.
Fue Juan Carlos Machinena, de Fuerza por México, quien pareció echar mano de la máxima jurídica: “primero en tiempo, primero en derecho” y decidió inscribirse ante el árbitro electoral a las 00:01 horas.
Es de reconocer que el Consejo Estatal Electoral aplicó un protocolo quirúrgico para evitar riesgos sanitarios, no lo ventilan, pero el chistecito de la revuelta que armó Morena cuando reventaron el intento de coalición con el Verde, desató un brote de contagios de Covid 19 en esa oficina y los metió en serios aprietos.
Pero además quieren prever otros peligros, hay señales claras que permiten adivinar más conflictos en puerta para determinadas inscripciones, la de Mónica Rangel con Morena por ejemplo, ahí asoma las narices la amenaza de una crisis con centelleos de violencia producto del apasionamiento y la inconformidad, los órganos rectores deberán estar prestos para sosegar cualquier rebelión que pueda poner en juego el proceso.
El cólera y la indignación flotan a borbotones por varios frentes. Definitivamente no veremos comicios tranquilos.
La crisis política, una económica en debacle, delincuencia devorando la tranquilidad de los ciudadanos y el Covid 19 cobrando más vidas, son una sombría mezcla de males que deberán tener como tarea prioritaria resolver quienes se aprestan a ofrecer sus propuestas al electorado.
Otra tormenta difícil de apaciguar comenzará si los protagonistas no tienen la capacidad de entender la democracia como el intercambio de ideas, que pueden ser opuestas pero tener puntos de coincidencia para transitar al menos en tranquilidad, un sano componente, hoy no hay espacio para más con las circunstancias adversas que enfrentamos todos.
De tal suerte, será crucial que no se asuma este proceso como el tiempo de desatar odios, ensuciar la lid o provocar confrontaciones de consecuencias no medidas. La empatía y humanidad, se necesitan más que nunca.