Un duro golpe a los bolsillos de estudiantes, jubilados y personas con discapacidad ha sido asestado por la empresa Urban Pass, liderada por Margarito Terán.
Desde la semana pasada, esta compañía ha decidido, de manera unilateral, implementar un cobro único de siete pesos por cada recarga en su plataforma, lo que ha generado una fuerte molestia entre los usuarios, quienes se sienten víctimas de un sistema deficiente.
Con gran sorpresa y sin previo aviso, Urban Pass informó a quienes acudían a recargar regularmente su tarjeta de transporte que, además del costo del plástico —que ronda los 70 pesos—, ahora debían desembolsar esta nueva cantidad.
En comparación, en otras ciudades como Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México, el costo de una tarjeta similar no supera los 20 pesos e incluso incluye movilidad integrada para funcionar en más servicios.
En San Luis Potosí, el costo de la tarjeta triplica el de otras entidades y solo es válida en ciertas rutas. Esto ha obligado a muchos usuarios a adquirir dos tarjetas, debido al fracaso rotundo de la tarjeta Mired, que agravó los problemas de movilidad en la ciudad.
Aún se desconoce cómo funcionará en las rutas de la llamada Metrored, que comenzará a operar en 2025 y también cobrará por viaje.
Los usuarios, molestos, se han visto obligados a reducir el monto de sus recargas al enterarse del nuevo cargo, que solo se informa en el momento del pago. Esto ha llevado a constantes discusiones con el personal encargado de las recargas, quienes consideran este cobro un abuso.
Además, el líder camionero ha señalado en recientes declaraciones que ya no es negocio operar ciertas rutas de transporte, dejando a los usuarios en una situación aún más complicada.