Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, señaló que México es un país “controlado por los cárteles” y que esto lo convierte en un lugar peligroso. Durante una conferencia en Mar-a-Lago, Florida, aseguró que el gobierno mexicano permite la entrada masiva de drogas y migrantes a su país, lo cual, afirmó, su próxima administración no tolerará.
Trump reiteró que, de no cumplirse sus demandas, impondrá “aranceles muy serios” tanto a México como a Canadá. Además, anunció que pretende renombrar el Golfo de México como el “Golfo de América”, argumentando que este cambio es más adecuado para su visión de la región.
Mientras tanto, los republicanos del Congreso comenzaron a trabajar en proyectos de ley enfocados en migración, aranceles y control fronterizo. Entre ellos, destaca la Ley Laken Riley, que busca encarcelar y deportar a inmigrantes indocumentados que cometan delitos no violentos. Este proyecto ya fue aprobado por la Cámara de Representantes con apoyo de 48 demócratas y pasará al Senado en los próximos días.
Organizaciones como el National Immigration Law Center han cuestionado estas medidas, acusando a los legisladores de usar tragedias personales como excusa para atacar a inmigrantes. Según ellos, la propuesta no contribuye a la seguridad pública y vulnera derechos constitucionales.
Las declaraciones de Trump y las iniciativas legislativas marcan un endurecimiento de las políticas hacia México y los migrantes, consolidando la agenda que su administración busca implementar tras asumir el cargo el 20 de enero.