COATZACOALCOS, Ver., 11 de agosto de 2024.- A tan sólo unos días de que concluya la veda de robalo, que inició el pasado 1 de julio y terminará el próximo 15 de agosto, nuevamente hubo visos de la práctica de pesca ilegal en el municipio de Coatzacoalcos.

Este viernes, en playas de este lugar, a la altura de la colonia Ciudad Olmeca, una persona sufrió la amputación de una mano y fue abandonada a su suerte, levantando sospechas de que pudo haberse tratado de un intento de llevar a cabo esta actividad prohibida por la ley, utilizando explosivos de manufactura casera.

El robalo se ha convertido en los últimos años en una de las especies más amenazadas por este tipo de pescadores, que violan la ley ante la aparente complacencia de las autoridades de pesca y ambientales, pues a pesar de que en reiteradas ocasiones se ha denunciado esta práctica por cooperativas pesqueras, nadie ha hecho nada al respecto.

De acuerdo con especialistas en la materia y pescadores, el robalo alcanza su desarrollo comercial en aguas libres hasta en año y medio, es decir, para lograr un peso de alrededor de un kilogramo pasa por un largo proceso.

Sin embargo, esto desespera a los pescadores ilegales y para ello, utilizan también para su captura redes prohibidas por la ley, pues las mallas son más pequeñas y con ello terminan matando a los peces más pequeños.

Estos pescadores no esperan a que el robalo alcance una talla comercial y un peso adecuado, puede más su ambición que los lleva a cometer atrocidades contra el medio ambiente tanto en el mar como en el río.

Es tanta la aparente libertad con que actúan que ni siquiera dejan desovar a esta especie en agua salada y lo persiguen en agua dulce, aun sin contar con los permisos para hacerlo.

El robalo es una especie muy preciada porque contiene pocas espinas y su carne es muy suave, blanca, jugosa y abundante.

Esta especie abunda en el Golfo de México y en los ríos cada vez se le encuentra menos, debido a la contaminación, sólo es posible hallarla río arriba hacia los municipios más alejados de esta ciudad, sobre el río Coatzacoalcos, pues tiene una gran capacidad para desarrollarse en agua dulce, salobre y marina.

Aun así, ni la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), ni la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), ni la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), ni la Secretaría de Marina, hacen algo por cambiar esta situación.