Canberra, AU., jueves 11 de diciembre de 2025.- Australia se convirtió en el primer país del mundo en prohibir el acceso a redes sociales para menores de 16 años, obligando a plataformas como Instagram, TikTok y YouTube a impedir el ingreso de usuarios en ese rango de edad o enfrentar multas que podrían alcanzar los 33 millones de dólares.
La medida, histórica por su alcance, ha generado una fuerte división: mientras gigantes tecnológicos y defensores de la libertad de expresión la califican como un exceso regulatorio, padres y organizaciones de protección infantil celebran la decisión.
La nueva regulación es vista globalmente como un precedente. Legisladores de otros países siguen de cerca el caso, frustrados por lo que consideran una industria tecnológica lenta e insuficiente para reducir los riesgos que las plataformas representan para la salud mental y la seguridad de niñas, niños y adolescentes.
Para especialistas como Tama Leaver, académica de estudios de internet en la Universidad de Curtin, lo ocurrido en Australia podría marcar el inicio de una tendencia internacional: “Aunque Australia es el primer país que adopta este tipo de restricciones, es poco probable que sea el último”, afirmó.
El bloqueo obligatorio a menores pone fin a meses de especulación sobre si un gobierno podía intervenir directamente en el uso de tecnologías profundamente integradas en la vida cotidiana. Con esta decisión, Australia abre un debate global sobre la responsabilidad estatal frente al impacto de las redes sociales en la infancia y la capacidad real de los países para regular a las grandes empresas tecnológicas.