San Luis Potosí, S.L.P., martes 17 de junio de 2025.– Las remesas enviadas por connacionales desde el extranjero, particularmente desde Estados Unidos, se han consolidado como un pilar fundamental para la economía de muchas familias mexicanas, y San Luis Potosí no es la excepción. Así lo confirma el Anuario de Migración y Remesas México 2024, elaborado por BBVA Research, que destaca el crecimiento sostenido de estos envíos en los últimos años.
En 2021, las remesas rompieron récords históricos con un incremento anual del 25.9 por ciento, reflejando no solo el compromiso de los migrantes con sus familias, sino también la creciente dependencia de estos recursos por parte de hogares en situación vulnerable. En el caso de San Luis Potosí, las remesas representaron en 2022 el 28.4 por ciento del ingreso corriente de los hogares, superando el promedio nacional de 27.5 por ciento.
No obstante, este flujo económico se enfrenta hoy a un entorno de creciente incertidumbre. Las recientes modificaciones en las políticas migratorias de Estados Unidos, incluyendo redadas más frecuentes y propuestas como la imposición de un impuesto del 3.5 por ciento a las remesas, amenazan con debilitar esta fuente vital de ingresos para miles de familias potosinas.
La comunidad migrante ha comenzado a manifestar su preocupación mediante protestas, temiendo que este tipo de medidas no solo dificulten el envío de dinero, sino que agudicen la vulnerabilidad económica en sus lugares de origen.
El anuario también revela que, entre 2016 y 2022, la dependencia de los hogares potosinos respecto a las remesas aumentó en siete puntos porcentuales. Y aunque estas transferencias han contribuido a mitigar la pobreza extrema, su impacto tiene matices.
En San Luis Potosí, el 40.5 por ciento de quienes viven en hogares que reciben remesas se encuentra en situación de pobreza, frente al 36.1 por ciento en hogares que no las reciben. Sin embargo, en términos de pobreza extrema, la diferencia es de -3.8 puntos porcentuales, evidenciando un efecto atenuante, aunque no tan marcado como en estados como Oaxaca (-5.9 por ciento) o Chiapas (-5.8 por ciento).
Estos datos subrayan que las remesas no solo representan un flujo económico, sino un mecanismo de contención social frente a la desigualdad estructural. Su papel en la reducción de la pobreza extrema es innegable, aunque insuficiente por sí solo para resolver las profundas brechas sociales existentes.