Procesión del silencio llena de solemnidad las calles del Centro Histórico

Miles de personas se congregaron en la Capital para apreciar el tradicional recorrido.

Por

Francisco Celaya

- viernes, abril 18 de 2025

San Luis Potosí, viernes 18 abril de 2025.- Viernes Santo, hoy es noche de luto, hoy la noche es diferente, hoy la noche no es tan fría, hoy la noche es más cálida, hoy la noche abraza y consuela, hoy la noche busca refrendar la fe y hace un llamado a la reflexión.

Hoy, como hace 72 años, las calles del Centro Histórico de la ciudad atestiguaron sufrimiento, ese que aún duele más con cada golpe al tambor. Las trompetas, con su viento, llenan más y más los ojos de lágrimas, y las diferentes imágenes dolorosas invitaban a cada asistente a la reflexión.

En esta ocasión, las adoquinadas calles del primer cuadro de la ciudad volvieron a soportar, como cada año, pasión y dolor de casi 3 mil cofrades, divididos en 32 cofradías, los cuales, a través de una marcha fúnebre, representan los últimos pasajes de la vida de Cristo, mediante el simbolismo de las 14 estaciones del Viacrucis y los cinco Misterios Dolorosos.

En punto de las 8:00 de la noche, en el Templo de Nuestra Señora del Carmen, el Presidente Municipal Enrique Galindo Ceballos en compañía de la presidenta del DIF Municipal, Estela Arriaga Márquez, escucharon el toque de la Guardia Pretoriana a las puertas de la Iglesia del Carmen, dando inicio a este acontecimiento religioso, en donde lo único que se escuchaba era el retumbar de los tambores, algunas cadenas y el paso firme de los cofrades vestidos con túnicas y capirotes.

En esta ocasión fueron niñas, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y hasta adultos mayores quienes procesionaron como nazarenos, damas, cofrades o costaleros, cada uno con diferente intención. Algunos sólo por fe, otros por el compromiso con su parroquia, por el amor a la Procesión o por alguna manda que le hicieron a Jesús o a la Virgen.

Finalmente, imponente y majestuosa, es la imagen de la Virgen de la Soledad la que culmina con la Procesión del Silencio. Entre decenas de velas, la Virgen se erige sufriendo por la muerte de su único Hijo.
Esta imagen no solo es imponente en tamaño y peso, sino que también es imponente en dolor.

Después de cuatro horas de caminar, las cofradías regresan al Templo del Carmen, donde todo inició. Las grandes puertas de madera se cierran, y la procesión llega a su fin. Sin embargo, la fe y la reflexión permanecen en el corazón de los participantes y espectadores.