Pozole: un platillo ancestral que simboliza la dualidad prehispánica

Desde sus orígenes en rituales dedicados a Xipe Tótec.

Por

Redacción

- lunes, septiembre 16 de 2024

Hecho a base de maíz cacahuacintle y carne de cerdo, servido con lechuga, rábano, cebolla, chile y orégano, el pozole es uno de los platos más representativos de la gastronomía mexicana; sin embargo, es mucho más que una simple sopa.

Su origen tiene un profundo significado en el México prehispánico.

En tiempos del emperador Moctezuma, el pozole se ofrecía al dios Xipe Tótec, señor de la fertilidad y la regeneración del maíz.

Este manjar era exclusivo de las élites y tenía un importante valor ceremonial, siendo parte de festividades religiosas y rituales en los que participaban los más altos estratos sociales.

Según el investigador Alfonso Jiménez, el pozole representaba la cosmovisión nahua, simbolizando en un platillo el complejo ciclo de la vida y la muerte, la luz y la oscuridad, a través de la carne y el maíz.

En ese entonces, la carne utilizada en el pozole provenía de seres humanos. Los primeros registros de este hecho se atribuyen a fray Bernardino de Sahagún, quien, en su historia general de las cosas de la Nueva España, relata que la carne utilizada en el pozole era humana, obtenida de guerreros sacrificados en rituales.

El maíz elegido, el cacahuacintle, de color blanco, también tenía un simbolismo especial, ya que representaba las primeras luces del día y el renacer del alma.

En las creencias prehispánicas, se pensaba que el hombre estaba hecho de maíz. Así, la unión de la carne y el maíz blanco en un mismo platillo simbolizaba la dualidad.

Con la llegada de los colonizadores españoles, la carne humana fue reemplazada por cerdo, un animal traído por los europeos.

El platillo perdió su carácter ritual y se popularizó en todo México, dejando de ser un manjar exclusivo de las élites.

Durante la época del México independiente, el pozole se consolidó como parte de la identidad nacional y se transformó en el delicioso platillo típico que hoy en día se disfruta en fiestas patrias y reuniones familiares.

Hoy, el pozole sigue siendo un símbolo de celebración y tradición, uniendo a las familias alrededor de la mesa y manteniendo vivo un legado culinario que ha perdurado durante siglos.