Para muchos, la Navidad es un tiempo de alegría, pero no todos comparten ese entusiasmo. Factores como el estrés, el duelo y las expectativas no cumplidas pueden convertir estas celebraciones en momentos de angustia. La psicología explica por qué algunas personas rechazan la Navidad y cómo pueden gestionar sus emociones durante este tiempo.
El estrés asociado a la Navidad puede acentuarse por la presión de cumplir con ideales festivos y la desconexión con las emociones personales. Según estudios del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, las tasas de depresión y suicidio aumentan un 40% en esta temporada, reflejando cómo el ambiente navideño puede intensificar sentimientos negativos.
La psicóloga Carolina Lozano señala varias razones detrás del rechazo a la Navidad: el Trastorno Afectivo Estacional (TAE), el Síndrome del Grinch, la tristeza por la pérdida de seres queridos y la frustración por las expectativas incumplidas. Además, las reuniones familiares y las multitudes pueden ser estresantes para quienes prefieren evitar estos compromisos.
Las personas que rechazan estas festividades tienden a evitar actividades navideñas, buscar el aislamiento y expresar frustración o tristeza. Incluso critican el consumo excesivo y la hipocresía que a veces rodean estas celebraciones.
Para quienes experimentan angustia en esta temporada, los expertos recomiendan enfocarse en lo positivo, planificar con anticipación y respetar los propios sentimientos. Priorizar el bienestar personal y encontrar maneras alternativas de disfrutar la Navidad puede ser clave para manejar la presión emocional de esta época.