Padres de una menor con autismo en el municipio de Matehuala denuncian la falta de espacios académicos adecuados y la falta de capacitación de los docentes para atender a niños con trastornos del espectro autista. Señalan que se le ha negado el derecho a una educación inclusiva a su hija, quien solo tiene acceso a una banca sin recibir la atención especial necesaria.
Margarita Carmona Puente y Javier López, padres de la menor M.L.C., acudieron al Congreso del Estado en busca de apoyo ante la falta de resultados en la Consulta del Plan de Desarrollo para Personas con Discapacidad realizada en abril.
Javier López denunció que en Matehuala no existen políticas públicas adecuadas por parte de los tres niveles de gobierno en temas de salud mental. “Lamentablemente en Matehuala no hay política pública ni por parte del municipio ni por parte del Gobierno del Estado. Por eso acudimos hoy aquí con los diputados, para que nos apoyen y puedan atender a la menor,” precisó.
Su hija M.L.C. fue diagnosticada con autismo a los 4 años y, tras tres años con esta condición, su inclusión en la educación es crucial para su desarrollo. Sin embargo, los maestros la discriminan y la llevaron a la única escuela de educación especial en donde, según sus padres, no hubo mejoras en su condición.
Javier López declaró: “Tiene acceso a la educación, pero solo en teoría, ya que realmente no tiene un maestro que la atienda. Vive la exclusión porque simplemente accede a la institución, pero no tiene quién le dé clases.”
Añadió que, aunque existe una escuela de educación especial, considera que el personal no está capacitado adecuadamente. Por ello, decidieron cambiarla a una escuela regular que, aunque no ofrece trato especial, proporciona más apoyo que la escuela especial. “Es irónico, pues se supone que la educación especial debe atender específicamente a ella y no es cierto,” denunció.
Por su parte, Margarita Carmona Puente señaló que, lejos de ayudar, la escuela de educación especial ha segregado a su hija. “Ellos son parte de este mundo, por lo tanto, tenemos que integrarlos. En una escuela regular, los niños aprenden a tratar con ellos, pero el entorno es hostil porque no están acostumbrados a ver a niños autistas.”
Finalmente, la madre sentenció: “Estamos integrando a la población estudiantil, pero falta la integración educativa. Nuestra hija tiene derecho a la educación, no solo a una banca. Necesita acceso al conocimiento que estos profesionales deben ofrecer.”