Ozempic se ha ganado gran popularidad como tratamiento para la diabetes tipo 2 y como apoyo para la pérdida de peso. Sin embargo, muchos usuarios han reportado un efecto secundario inesperado: disgeusia, una alteración en la percepción del gusto. Este fenómeno hace que los alimentos, incluso los favoritos, adquieran un sabor metálico o amargo, lo que afecta la experiencia de comer.
La disgeusia, aunque no completamente comprendida, se cree que es consecuencia de cómo Ozempic ralentiza el vaciado del estómago, lo que provoca una acumulación de ácido y bilis, alterando los sabores. Aunque no es común, afecta a un número considerable de usuarios.
Aunque no se sabe con certeza la causa exacta, las personas que experimentan este problema tienen varias opciones para controlar los efectos. Mantener una buena higiene bucal, beber suficiente agua, masticar chicle sin azúcar y evitar alimentos con sabores intensos pueden aliviar la situación.
Es importante destacar que, si la disgeusia persiste o empeora, es recomendable consultar a un médico para recibir un diagnóstico y explorar opciones alternativas.
Si estás usando Ozempic y notas cambios en tu sentido del gusto, no dejes que esto te desanime, existen formas de manejarlo.