San Luis Potosí, domingo 20 de abril de 2025.- La gigante tecnológica Nvidia anunció que comenzará a fabricar íntegramente en Estados Unidos su chip estrella para inteligencia artificial, Blackwell, una de sus unidades de procesamiento gráfico (GPU) más avanzadas. Esta decisión marca un hito en la estrategia de la empresa, que busca fortalecer su producción y cadena de suministro dentro del país.
La producción de Blackwell ya comenzó en las instalaciones de TSMC en Arizona, mientras que la compañía también está desarrollando nuevas fábricas en Texas con la colaboración de Foxconn y Wistron, ambas empresas taiwanesas. Nvidia estima que la capacidad de producción aumentará en los próximos 12 a 15 meses, adaptándose a la creciente demanda de chips para impulsar la inteligencia artificial.
Jensen Huang, CEO de Nvidia, destacó que esta decisión no solo responde a la alta demanda de IA, sino que también busca mejorar la resiliencia de la cadena de suministro de la compañía. “Los motores de la infraestructura de IA en el mundo se están construyendo en Estados Unidos por primera vez”, señaló Huang, en un comunicado publicado por la empresa. Además, destacó que esta nueva estrategia ayudará a Nvidia a satisfacer la creciente demanda de supercomputadoras y chips de IA a nivel global.
En el marco de la reubicación de la fabricación en EE.UU., Nvidia también prevé una inversión significativa en infraestructura de IA, con planes de generar productos por un valor de hasta medio billón de dólares hacia finales de la década. Esta inversión se alinea con las políticas de la Casa Blanca, que enfatizan los beneficios económicos y de seguridad nacional de tener industrias clave dentro del territorio estadounidense.
La medida se enmarca dentro de un contexto de creciente preocupación sobre la dependencia de la tecnología de otros países. Estados Unidos ha implementado restricciones a la exportación de chips avanzados de IA a China, citando riesgos para la seguridad nacional. El presidente Joe Biden y otros funcionarios del gobierno ven la relocalización de la producción de semiconductores como un paso estratégico para mantener el control sobre el diseño y la fabricación de estos productos esenciales.