México, en riesgo de recibir deportados con consumo de fentanilo sin capacidad de atención

México podría enfrentar un aumento en el consumo de fentanilo por deportaciones, sin capacidad de atención adecuada

Por

Idalia Garcia

- sábado, febrero 8 de 2025

San Luis Potosí, miércoles 8 de enero de 2025.- La política migratoria y de combate al tráfico de fentanilo de Estados Unidos complica aún más la situación en México, que se prepara para recibir a un mayor número de deportados, algunos de los cuales ya consumen fentanilo, sin contar con los recursos suficientes para tratarlos adecuadamente, alertan expertas.

Lilia Pacheco, directora de Prevencasa AC, explica que alrededor del 60% de los consumidores actuales de opioides en México fueron deportados desde Estados Unidos, donde comenzaron a consumir la droga. Ante la falta de programas gubernamentales de reducción de daños y la masiva deportación de personas, el número de usuarios de fentanilo podría aumentar, especialmente en la frontera norte.

Zara Snapp, directora del Instituto RIA, coincide en que el regreso de migrantes con consumo establecido de fentanilo a México es una preocupación creciente. En un estudio realizado en Tijuana, encontraron que muchos de los usuarios de fentanilo iniciaron su consumo en EE.UU. y lo continuaron tras ser deportados.

Sin embargo, el sistema de salud mexicano no está preparado para enfrentar este desafío, ya que las instituciones públicas carecen de programas integrales y atención para usuarios de opioides. Además, las organizaciones civiles que implementan programas de reducción de daños, como Prevencasa, enfrentan recortes de fondos y una falta de apoyo federal.

Pacheco resalta que la escasez de alternativas como la metadona, utilizada en el tratamiento de la dependencia a opioides, es una gran limitante para ofrecer un tratamiento adecuado. Sin estas opciones, los consumidores de fentanilo continúan en un ciclo de adicción que es difícil de romper.

En cuanto a las políticas de prohibición de drogas en México, Snapp señala que, a pesar de los esfuerzos, no se ha logrado reducir el uso de sustancias. De hecho, las medidas severas solo han propiciado la aparición de nuevas y más potentes drogas. Además, aunque el envío de militares a la frontera busca frenar el tráfico de fentanilo, no impedirá su disponibilidad ni reducirá el consumo en México.

La situación se complica aún más si consideramos los acuerdos entre ambos países para combatir el tráfico de fentanilo. Angélica Ospina, investigadora en la UAM Xochimilco, advierte que, aunque es difícil erradicar el tráfico de fentanilo debido a su facilidad para cruzar la frontera en pequeñas cantidades, la falta de medidas efectivas contra el lavado de dinero y la falta de voluntad para fortalecer los mecanismos de control contribuyen a que el tráfico continúe.

Ospina también alerta sobre el riesgo de que la producción de fentanilo se traslade a México, tal como ocurrió con el cristal, y advierte que si el consumo de fentanilo se extiende a otras drogas más populares en el país, como las metanfetaminas y la cocaína, esto podría poner una enorme presión sobre el sistema de salud.

En conclusión, las expertas coinciden en que México debe estar preparado para enfrentar un aumento en el consumo de fentanilo y en la necesidad urgente de mejorar la atención a quienes luchan contra la adicción a estas sustancias.