San Luis Potosí, miércoles 16 de abril de 2025.-Reza la conseja popular: “No es lo mismo ser borracho que cantinero”, un dicho que alude a la figura del cantinero como aquel que pone orden, mantiene la calma y controla a los borrachos. En San Luis Potosí, ciudad de fuerte arraigo religioso, este refrán cobra un simbolismo especial, pues la Semana Santa es, tradicionalmente, un tiempo de reflexión, recogimiento y conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Sin embargo, hace 17 años un grupo de amigos decidió reunirse durante Semana Santa para darle un giro irreverente a la solemnidad de esos días. Sin proponérselo, iniciaron una tradición contracultural que hoy forma parte del calendario no oficial de quienes se quedan en la ciudad. Así nació la visita a los siete bares: una alternativa profana que mezcla fiesta, beberecua y glotonería antes de la Procesión del Silencio.
Tal como la visita a los Altares de Dolores, esta ruta etílica se realiza cada Jueves Santo. Y como toda buena tradición, tiene sus puristas, sus alternativos y sus espíritus libres. El recorrido inicia puntualmente a las 11:30 horas en el exterior del bar El Escalón, donde antes se encontraba el llamado “triángulo de las cantinas”, compuesto por El Escalón, el Reforma y el ahora extinto Bar Chivas, que ha cedido su lugar a nuevos establecimientos que se abren paso en la ruta.
El Escalón es una pequeña cantina ubicada en la esquina de avenida Reforma y Melchor Ocampo, número 310, en la colonia Centro. En su interior: barra, sillas, mesas, una variada selección de licores, y una historia que se remonta a 1910. Es uno de los favoritos de las y los potosinos.
La segunda parada es el emblemático Bar Reforma, atendido por el famoso “Profe”. Ahí se sirven tradicionales quesadillas, botanas generosas, cervezas bien frías y las infaltables mezcalitas, especialidad de la casa. Si tienes suerte, puedes encontrar mesa y disfrutar música en vivo mientras bajas la segunda ronda.
La tercera estación depende del gusto del paseante: ante la pérdida del mítico Bar Chivas y el tradicional Conde, han surgido nuevas opciones como Banco Bar, Raúl’s, el Olímpico o La Consentida. De ahí, la ruta continúa hacia uno de los más alejados del centro: el Bar La Morena, en el Barrio de San Sebastián, que mantiene viva la esencia de la cantina de barrio.
La siguiente escala es el Bar Tampico, otro clásico, conocido por su estilo de bodegón y ambiente relajado, ideal para una cerveza antes de llegar al Radio Bar, que con su DJ en vivo y sus famosas caguamas (cervezas familiares), se ha convertido en parada obligada.
El cierre se da en El Peñasquito, cantina enclavada en el corazón del Eje Vial. Esta será la última edición del recorrido en su actual ubicación, pues pronto se mudará a unas cuadras de su sede original.
Entre las recomendaciones para sobrevivir la visita a los siete bares están: llevar ropa cómoda, tenis, bloqueador solar y, por supuesto, agüita para mantenerse hidratado. El resto es abrirse a la experiencia de recorrer lugares que, aunque no siempre son visitados, forman parte del corazón festivo de generaciones bebedoras en San Luis Potosí.