CIUDAD DE MEXICO., 7 de mayo de 2022.-El Director General de la OIT, Guy Ryder, urgió a crear trabajo decente en las economías verde, del cuidado y digital, a fin de contribuir a una transición justa hacia economías neutras en carbono y evitar que las desigualdades se afiancen.
«La recuperación del mercado laboral en 2022 será más lenta de lo previsto inicialmente y se espera que el desempleo mundial se mantenga por encima de los niveles anteriores a la COVID-19 hasta al menos 2023», añadió Ryder.
Especialmente preocupante es la agravación de las desigualdades dentro de los países y entre ellos, algo que «probablemente necesitará años para repararse, con posibles consecuencias a largo plazo para la participación en la fuerza laboral, los ingresos de los hogares y la cohesión social.»
Incluso antes de la agresión de la Federación Rusa contra Ucrania, las estimaciones apuntaban a un déficit de horas trabajadas a nivel mundial equivalente a 52 millones de empleos a tiempo completo en relación con el cuarto trimestre de 2019. Aunque esta última proyección supone una mejora respecto a la situación en 2021, sigue siendo casi un dos por ciento inferior al número de horas trabajadas a nivel mundial antes de la pandemia, explicó el Director General de la OIT.*
La guerra en Ucrania está empeorando las perspectivas económicas, creando «una triple crisis – en las finanzas, el combustible y los alimentos – que aumentará la pobreza y el hambre y conducirá a resultados sustancialmente peores en el mundo del trabajo», añadió Ryder.
«De cara al futuro, los responsables políticos se enfrentan a decisiones difíciles», dijo, y predijo que los llamamientos a la política monetaria y fiscal se endurecerán a un ritmo más rápido para tratar de frenar la inflación. «Sin embargo, la recuperación económica sigue necesitando apoyo macroeconómico para ser sostenible».
Lograr una recuperación centrada en las personas requerirá una cuidadosa coordinación y equilibrio de las políticas macroeconómicas para que proporcionen suficiente apoyo a la inversión en las personas y el planeta, a la vez que frenen la inflación.
Sigue siendo esencial el apoyo para invertir en una agenda transformadora para la igualdad de género, en la protección de los trabajadores garantizando los derechos fundamentales en el trabajo y la salud y seguridad en el trabajo y en la protección social universal.
La participación de los representantes de los trabajadores y de los empresarios en la toma de decisiones a través del diálogo social garantiza que estas inversiones sean mutuamente beneficiosas para las empresas y los trabajadores y tengan repercusiones macroeconómicas positivas y efectos indirectos.
En declaraciones a las reuniones de primavera del FMI y del Grupo del Banco Mundial, Ryder afirmó que implementar el Acelerador Mundial del Secretario General de las Naciones Unidas para el Empleo y la Protección Social para una Transición Justa podría crear al menos 400 millones de puestos de trabajo para 2030, principalmente en las economías verdes y de los cuidados, y ampliar los niveles de protección social a más de 4.000 millones de personas que actualmente no están cubiertas.