La quema de judas: tradición viva durante Semana Santa

Rito se ha mantenido vigente por más de dos siglos gracias a la comunidad xi’iuy norte.

Por

Ernesto García

- miércoles, abril 9 de 2025

San Luis Potosí, miércoles 9 de abril de 2025.- En la zona media del estado potosino, la comunidad xi’iuy norte mantiene viva una de las tradiciones más emblemáticas de la Semana Santa: la quema de Judas. Este rito, con más de dos siglos de historia, se realiza en el ejido San José, ubicado en el municipio de Ciudad del Maíz, y se ha convertido en un patrimonio cultural de la región.

Llena de colores, sonidos, aromas y simbolismos, esta fiesta representa la eterna lucha entre el bien y el mal. Es una celebración profundamente arraigada entre los habitantes de la comunidad indígena, quienes, guiados por su gobernador tradicional, mantienen viva esta costumbre ancestral.

Con la reciente inclusión de Ciudad del Maíz al programa de Pueblos Mágicos, esta celebración cobra aún más relevancia, atrayendo cada año a cerca de 25 mil visitantes locales y nacionales, quienes se congregan para presenciar una Semana Santa única en el país.

Las actividades comienzan desde el Miércoles de Ceniza, cuando los habitantes del ejido recorren el pueblo caracterizados, como una forma simbólica de recordar el inicio del camino hacia la redención. Continúan con la representación de la Última Cena el Jueves Santo, seguida de la Crucifixión el Viernes Santo y el duelo por la muerte de Jesús el Sábado Santo. El punto culminante llega el Domingo de Resurrección, con la tradicional quema de Judas.

Durante esta jornada, los integrantes de la etnia xi’iuy, especialmente del Barrio Villa de San José, se transforman en diablos que recorren las calles con máscaras artesanales, látigos decorados con listones multicolores y vestimenta negra. Son acompañados por “garrocheros” y “fariseos” que, a través de danzas y cantos, representan la salida del mal y su erradicación.

Los Judas son figuras elaboradas artesanalmente con carrizo, cartón, papel de China y pólvora. Alcanzan hasta un metro de altura y simbolizan a personajes que han causado algún daño a la comunidad. Su quema, en la plaza principal del pueblo, simboliza la purificación del alma y la expulsión de los pecados.

La jornada concluye con una verbena popular que reúne a familias completas, turistas y curiosos, cerrando un ciclo que mezcla devoción, arte y cultura. Esta tradición no solo fortalece la identidad del pueblo, sino que se consolida como un legado vivo que pasa de generación en generación.

Así, Ciudad del Maíz celebra la Semana Santa con una de las expresiones culturales más antiguas y vibrantes del estado, reafirmando su lugar como un punto de encuentro entre la fe y las raíces indígenas de México.