Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la inflación en México registró un descenso en comparación con los niveles alcanzados en 2021, cuando las tasas de interés se dispararon debido a los efectos de la pandemia de COVID-19.
Sin embargo, San Luis Potosí se posiciona como una de las entidades con mayores aumentos inflacionarios, acercándose al top 10 de los estados más afectados y superando el promedio nacional.
A nivel nacional, en diciembre de 2024, la inflación general fue del 4.21 por ciento anual, marcando una ligera disminución frente al 4.55 por ciento registrado en noviembre.
No obstante, la inflación subyacente (que excluye bienes y servicios con precios volátiles) mostró un repunte después de 22 meses de bajas, alcanzando un 3.65 por ciento anual frente al 3.58 por ciento del mes anterior.
El incremento en los precios de los energéticos destacó entre las principales presiones inflacionarias. El precio de la gasolina Magna subió un 6.8 por ciento, superando el 6.3 por ciento registrado en noviembre, mientras que el costo del gas LP tuvo un notable aumento, pasando de un 11.82 por ciento a un 13.69 por ciento anual.
Otros productos y servicios que registraron alzas significativas incluyen el transporte aéreo, los servicios de loncherías y fondas, el pollo, la carne de res, el gas doméstico, restaurantes y el alquiler de vivienda.
En San Luis Potosí, la inflación anual alcanzó el 4.3 por ciento, situándose por encima de la media nacional y quedando a solo 1.1 puntos porcentuales de Guerrero (5.4 por ciento) y 1.7 puntos por encima de Baja California Sur (2.6 por ciento).
Estos aumentos han impactado notablemente el poder adquisitivo de las familias potosinas, especialmente en lo referente a los productos y servicios básicos.