Un incendio forestal en Pacific Palisades ha arrasado más de 17,000 acres y destruido cerca de 1,000 estructuras, dejando un saldo de cinco personas fallecidas y numerosos heridos, especialmente entre quienes no evacuaron a tiempo. Más de 40,000 residentes están bajo órdenes de evacuación, mientras otros 20,000 permanecen en alerta por el avance del fuego en diversas zonas.

Los fuertes vientos de Santa Ana, con ráfagas que alcanzan hasta los 160 km/h, dificultan las labores de extinción y han propagado rápidamente las llamas. El Servicio Meteorológico Nacional emitió un aviso de bandera roja para las regiones más vulnerables, incluyendo los condados de Los Ángeles y Ventura, donde las condiciones climáticas seguirán siendo un desafío en los próximos días.

Las evacuaciones se han extendido hasta Malibú, una región previamente afectada por incendios recientes. Refugios como el Centro de Recreación de Westwood y la escuela secundaria El Camino Real han sido habilitados para recibir a los evacuados y sus mascotas. Además, se han cerrado carreteras importantes, como la Pacific Coast Highway, y múltiples escuelas han suspendido clases, incluyendo instituciones del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles y Santa Mónica-Malibú.

El panorama es aún más complejo con la aparición de otros incendios en la región. El Eaton Fire ha quemado más de 10,600 acres en Altadena, mientras que el Hurst Fire, en el Valle de San Fernando, y el Sunset Fire, en Hollywood Hills, han provocado evacuaciones adicionales y continúan bajo vigilancia.

Las autoridades instan a los residentes a mantenerse informados, seguir las órdenes de evacuación y extremar precauciones. Los esfuerzos de los equipos de emergencia se centran en contener las llamas y proteger a las comunidades afectadas por esta crítica situación.