En su primer discurso como presidente de Estados Unidos, Donald Trump centró su atención en lo que considera una “emergencia nacional” en la frontera sur del país. A través de varias órdenes ejecutivas, el mandatario estableció una serie de medidas para controlar la inmigración ilegal, aumentar la seguridad y reforzar la deportación de extranjeros indocumentados.
Entre las principales medidas anunciadas se incluyen:
- Reinstauración del programa “Quédate en México”: Los solicitantes de asilo deberán esperar en México mientras se resuelven sus casos en los tribunales de EE.UU.
- Militarización de la frontera: Se enviarán tropas para reforzar la seguridad y se continuará con la construcción del muro fronterizo.
- Aumento de las deportaciones: Se destinarán más fondos a la deportación masiva de migrantes, especialmente aquellos con antecedentes criminales.
- Suspensión temporal del reasentamiento de refugiados: Se suspende por cuatro meses el proceso de reasentamiento de refugiados debido a la presión en las comunidades receptoras.
- Designación de carteles de narcotráfico como “organizaciones terroristas”: Se iniciará un proceso para clasificar a los carteles mexicanos como grupos terroristas, lo que podría justificar una intervención militar.
- Reinstauración de la pena de muerte a nivel federal: Se permitirá la pena de muerte para ciertos crímenes cometidos por migrantes ilegales, incluidos aquellos que asesinen a agentes de la ley.
Estas acciones ya están siendo objeto de controversia y han generado reacciones de grupos defensores de los derechos de los migrantes, quienes consideran que las medidas no solo son ineficaces, sino que podrían agravar la situación humanitaria en la región.