Young-hee, la muñeca de gran tamaño en “El Juego del Calamar”, se ha convertido en uno de los íconos más aterradores de la serie. En la primera temporada, su presencia en el juego “Luz roja, luz verde” dejó una marca indeleble, mientras que su versión masculina, Chul-su, la acompañó en la segunda temporada, sorprendiendo a los fanáticos con su aparición.
Ambos personajes tienen raíces profundas en la educación y la cultura de Corea del Sur. En las décadas de 1960 y 1970, Young-hee y Chul-su eran figuras populares en los libros escolares coreanos. Usados para enseñar a los niños a leer y escribir, representaban valores como la honestidad y la cooperación. Para los adultos surcoreanos, estos personajes son símbolos de una época más simple.
El uso de Young-hee en la serie no es un capricho, sino una estrategia para fusionar la nostalgia con el terror. Verla convertida en una muñeca asesina en el contexto de “El Juego del Calamar” generó un doble impacto en los espectadores: por un lado, la violencia y por otro, los recuerdos de su niñez.
Con la inclusión de Chul-su, la serie profundiza este contraste, mostrando cómo los recuerdos de la infancia pueden ser alterados y distorsionados en una narrativa tan sombría. Estos personajes se convierten en una metáfora de la relación entre lo inocente y lo perturbador.
A medida que la serie avanza hacia su tercera temporada, la presencia de Young-hee y Chul-su promete continuar sorprendiendo a los fanáticos, manteniendo su rol fundamental en la trama.