San Luis Potosí, martes 18 de febrero de 2025.- Cada 18 de febrero se celebra el Día Internacional de Beber Vino, una fecha que honra una de las bebidas más antiguas de la humanidad, con más de 7,000 años de tradición. El origen del vino remonta a las tierras de Egipto, donde los primeros registros de cultivo de viñedos datan de aproximadamente 7000 a.C. En la antigua Sumeria, la vid comenzó a formar parte fundamental de las culturas de la región, y los egipcios perfeccionaron la mezcla de mostos, conocida como “coupage”, para obtener una bebida de sabor único.
La importancia del vino fue tal que los antiguos pueblos lo utilizaban como medio de trueque y moneda, y su presencia es recurrente en monumentos y pinturas de distintas civilizaciones. La mitología también lo exaltaba, siendo Dionisio el dios del vino en Grecia y Baco en Roma. Además, la Biblia menciona a Noé como el primer viticultor, quien plantó la primera vid.
México, por su parte, se distingue como el productor de vino más antiguo de América Latina. Con más de 30,000 hectáreas dedicadas a la viticultura, el país cultiva una gran variedad de cepas como Cabernet Sauvignon, Malbec, Merlot y muchas más. Las principales regiones vinícolas de México incluyen Baja California, Querétaro y Zacatecas, entre otras.
Además de su rica historia, el vino ofrece varios beneficios para la salud cuando se consume con moderación. El vino blanco, por ejemplo, puede mejorar la salud cardiovascular al aumentar el colesterol bueno (HDL). Por su parte, el vino tinto es rico en antioxidantes, como el resveratrol, que ayudan a prevenir el daño en los vasos sanguíneos, retrasar el envejecimiento y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. Además, se le atribuyen propiedades que favorecen la digestión y ayudan a la relajación. Sin duda, un brindis por la historia, la tradición y los beneficios de esta bebida milenaria.