En el corazón de la Huasteca Potosina, donde la naturaleza y la cultura se entrelazan en una danza ancestral, se erige un emblemático balneario y restaurante que está a punto de revivir su esplendor: El Bañito.
Situado a lo largo de la recién remodelada carretera Ciudad Valles-Tamazunchale, este venerable establecimiento, con más de un siglo de historia, se prepara para deslumbrar a los visitantes con una renovada propuesta gastronómica que honra su legado y promete nuevas experiencias culinarias.
Así, esta basta región vuelve a celebrar un ícono de la comida regional y la tradición que cumple 107 años de historia, siendo testigo de épocas doradas y desafíos, ahora renace con una propuesta gastronómica que promete ser inolvidable.
Legado de la familia González Ramiro
Fundado en los años 30 por Don Eustorgio González Ramiro y Doña Fausta Ramiro Flores, El Bañito vio la luz como un modesto negocio para dar de comer y alojar a los viajeros que pasaban por el extenso rancho de la familia.
Desde sus inicios, aquella visión empresarial, junto con la explotación de las aguas termales locales, colocó al balneario como un destino predilecto para el descanso y el deleite culinario.
A orillas del entonces conocido como Camino Real, esta propiedad familiar se convirtió en un lugar de parada obligada para quienes encontraban en los modestos locales de comida y hospedaje una bienvenida cálida.
El restaurante ha sido siempre sinónimo de excelencia gastronómica, atrayendo a personajes políticos y artistas de renombre.
Entre sus ilustres visitantes, destaca la presencia de la cantante española Estrellita, y se dice que el ex gobernador de San Luis, Carlos Jonguitud Barrios, mandaba un helicóptero desde la capital para transportar los manjares de El Bañito.
El auge del balneario llegó con la explotación de las aguas termales que brotaban del arroyo cercano. El 25 de marzo de 1943, el gobierno otorgó a Doña Fausta la concesión federal número 2, permitiendo el uso de estas aguas medicinales.
Con gran visión, la pareja construyó una alberca rectangular con arena en el fondo, que rápidamente se convirtió en un atractivo para quienes buscaban los beneficios terapéuticos de las aguas sulfuradas.
Además, aunque no se completó, se comenzó la construcción de un innovador edificio circular destinado a baños temazcales, demostrando la ambición de Don Eustorgio y Doña Fausta por ofrecer una experiencia única a sus visitantes.
Renace la tradición culinaria
Pero este espacio no solo es famoso por sus aguas termales, sino por una oferta gastronómica que ha marcado un hito en la región. La cocina del restaurante ha sido elogiada a lo largo de los años por su excelencia y variedad.
Desde cortes de carne de alta calidad hasta delicadezas internacionales, la propuesta culinaria de El Bañito ha satisfecho los paladares más exigentes, convirtiéndose en un referente no solo local, sino nacional e internacional.
Hoy, tras un proceso de renovación que ha respetado la esencia histórica del lugar, vuelve a abrir sus puertas con una oferta que mantiene viva su tradición y celebra la diversidad culinaria.
Los comensales podrán disfrutar de una variada carta que incluye:
Jamón Serrano: Un clásico de la cocina española que destaca por su sabor y textura.
Pavada Asturiana: Delicias de la región de Asturias que transportan a los paladares a un viaje internacional.
Cortes Americanos: De alta calidad, preparados con maestría para satisfacer a los amantes de la buena carne.
Quesos Roquefort y Chistorra: Exquisiteces que resaltan la tradición gastronómica europea.
Ancas de Rana y Sardinas Portuguesas: Platos de mariscos que prometen una experiencia culinaria única.
Camarones de Primera Calidad: Frescura y sabor en cada bocado.
Con información de Cadena Diez