La Rosca de Reyes sigue siendo un símbolo de unión familiar y un motor económico clave en San Luis Potosí y en todo México. Su origen se remonta a la Edad Media en países como Francia y España, desde donde llegó a México durante la época de la conquista.
Esta tradición conmemora a los Tres Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar, quienes viajaron desde el Oriente hasta Jerusalén guiados por una estrella para adorar al Niño Jesús, a quien llevaron como ofrendas oro, incienso y mirra.
La forma circular de la rosca simboliza el amor eterno de Dios, que no tiene principio ni fin, mientras que las frutas secas que la adornan representan las joyas de las coronas de los Reyes Magos.
En su interior, la figura del Niño Jesús escondida rememora el momento en que José y María lo ocultaron de Herodes. Según la tradición, quien encuentre la figura debe cuidarla hasta el Día de la Candelaria, organizando una celebración con tamales y atole para sus invitados.
Para la industria panadera, la elaboración de la rosca representa un repunte significativo, con un aumento del 90 por ciento en la producción. A pesar del incremento en los costos de las materias primas, los precios de las roscas se han mantenido accesibles, oscilando entre 150 pesos para las más pequeñas y más de 500 pesos para las de mayor tamaño.
La venta de la Rosca de Reyes ya ha comenzado en panaderías tradicionales, supermercados y entre emprendedores que usan redes sociales. Este año destacan variedades rellenas de cajeta, chocolate, nata y opciones gourmet con quesos y otros ingredientes personalizados al gusto del cliente.