San Luis Potosí, lunes 21 de abril de 2025.- “Renovemos nuestra esperanza y nuestra confianza en los demás, incluso en quienes son diferentes a nosotros o vienen de tierras lejanas, trayendo costumbres, formas de vida e ideas desconocidas. Porque todos somos hijos de Dios”.
Esas fueron las palabras con las que el papa Francisco cerró su último mensaje de Pascua, pronunciadas por un clérigo asistente desde el balcón de la Basílica de San Pedro, mientras él, en silla de ruedas, observaba en silencio. Fue su última aparición pública. Menos de 24 horas después, el Vaticano anunció su fallecimiento.
“A las 7:35 de esta mañana (hora local), el Obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Dedicó toda su vida al servicio del Señor y de su Iglesia”, señaló el comunicado emitido desde la Santa Sede, leído por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Vaticano.
La noticia sorprendió a millones de fieles en el mundo. A pesar de que en los últimos años su salud se había deteriorado e incluso estuvo hospitalizado durante cuatro semanas por una neumonía bilateral a principios de este año, el pontífice seguía manteniendo una agenda limitada y había recibido el alta recientemente. Tenía 88 años.
Francisco, de nombre secular Jorge Mario Bergoglio, fue el primer latinoamericano en asumir el papado. Nacido en Argentina, su elección en marzo de 2013 tras la renuncia de Benedicto XVI marcó un hito en la historia de la Iglesia católica. Con un estilo austero, pastoral y enfocado en la inclusión, se convirtió en una figura cercana para muchos dentro y fuera del catolicismo.
Su muerte dio inicio al periodo conocido como interregno papal, una etapa de transición que precede a la elección de un nuevo pontífice. Los cardenales menores de 80 años deberán reunirse en el Vaticano para el cónclave, proceso que históricamente puede extenderse entre dos y tres semanas.
Mientras tanto, el Vaticano vive ya sus Novendiales, los nueve días de luto que siguen a la muerte de un Papa. Cada jornada se celebrará una misa en su honor y el cuerpo del pontífice será expuesto en la Basílica de San Pedro, donde miles de fieles ya comienzan a congregarse para rendirle homenaje.
Fiel a su estilo, Francisco dejó estipulado que su funeral fuera sobrio. Rechazó el tradicional catafalco y será enterrado en un ataúd de madera revestido de zinc, sin tapa. En lugar del Vaticano, su lugar de descanso será la Basílica de Santa María la Mayor, rompiendo con una tradición de más de un siglo.