Miguel Ángel Sánchez de Armas En días pasados se conmemoró el sesenta aniversario de una de las piezas oratorias más célebres del siglo pasado en la sociedad estadounidense, “Tengo un sueño”, pronunciada por el reverendo Martin Luther King en las escalinatas del monumento a Lincoln en Washington, D.C., el 28 de agosto de 1963. King fue heredero y seguidor de Henry David Thoreau y de Mohandas Gandhi. Como aquéllos, fue despreciado y temido por el establishment. Como el Mahatma, pagó con su vida la osadía de desafiar a los amos imperiales. El ejemplo de estos tres hombres ha permeado el pensamiento libertario
Miguel Ángel Sánchez de Armas En días pasados se conmemoró el sesenta aniversario de una de las piezas oratorias más célebres del siglo pasado en la sociedad estadounidense, “Tengo un sueño”, pronunciada por el reverendo Martin Luther King en las escalinatas del monumento a Lincoln en Washington, D.C., el 28 de agosto de 1963. King fue heredero y seguidor de Henry David Thoreau y de Mohandas Gandhi. Como aquéllos, fue despreciado y temido por el establishment. Como el Mahatma, pagó con su vida la osadía de desafiar a los amos imperiales. El ejemplo de estos tres hombres ha permeado el pensamiento libertario