Durante sus tres candidaturas presidenciales, el eterno aspirante, López Obrador, prometió un crecimiento económico de 6% del PIB, que la gasolina costaría 10 pesos por litro, que la inflación sería controlada, que habría empleos como nunca, que no endeudaría al país y, sobre todo, que sacaría a los pobres de su postración. Al final de su mandato, la economía mexicana vive uno de sus peores momentos, a pesar de que Obrador “se vendió” ante los electores como el político mexicano más capaz, más preparado y el mejor capacitado para ofrecer solución a todos los grandes problemas nacionales. Hoy se
Durante sus tres candidaturas presidenciales, el eterno aspirante, López Obrador, prometió un crecimiento económico de 6% del PIB, que la gasolina costaría 10 pesos por litro, que la inflación sería controlada, que habría empleos como nunca, que no endeudaría al país y, sobre todo, que sacaría a los pobres de su postración. Al final de su mandato, la economía mexicana vive uno de sus peores momentos, a pesar de que Obrador “se vendió” ante los electores como el político mexicano más capaz, más preparado y el mejor capacitado para ofrecer solución a todos los grandes problemas nacionales. Hoy se