Aumentan adicciones a vapeadores y a redes sociales en San Luis Potosí

Los jóvenes potosinos han sido víctimas del uso excesivo de estos productos.

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Redacción

- martes, agosto 19 de 2025

San Luis Potosí, S.L.P., martes 19 de agosto de 2025.- El consumo de alcohol, tabaco y vapeadores, así como las adicciones tecnológicas relacionadas con redes sociales, videojuegos y el uso excesivo del celular, han encendido focos rojos en San Luis Potosí. De acuerdo con Pedro Pablo Gobea, responsable del área de Salud Mental y Adicciones de los Servicios de Salud, la problemática no solo crece, sino que además afecta cada vez a menores de menor edad.

“Lo que hemos detectado es que la edad promedio de inicio en el consumo de sustancias en el estado es de 17 años, pero ya tenemos registros de adolescentes de 13 años que llegan a los centros de tratamiento. Eso es lo preocupante: que cada vez comienzan más temprano”, advirtió.

El especialista detalló que las primeras sustancias de contacto suelen ser el alcohol y el tabaco, pero recientemente el vapeo ha ganado terreno. “Hoy los jóvenes tienen una mayor accesibilidad. No es algo exclusivo de San Luis Potosí, está ocurriendo en todo el país y en el mundo. Lo inicial siempre es el alcohol, el cigarro y ahora los sistemas electrónicos de nicotina”, puntualizó.

Gobea informó que en los centros comunitarios se ha registrado un aumento del 10 por ciento en la atención a menores que presentan algún tipo de adicción, tendencia que refleja un reto mayor para el sector salud. “No tenemos todavía cifras exactas porque la Comisión Nacional de Salud Mental y el Instituto Nacional de Salud Pública están levantando una encuesta nacional. Esperamos los resultados para el próximo año, pero lo que vemos en campo ya es un problema real”, explicó.

La otra cara de la adicción: redes sociales y videojuegos
El funcionario señaló que el fenómeno no se limita al consumo de sustancias, pues la dependencia a la tecnología se ha convertido en una de las principales preocupaciones. “El impacto de la adicción a redes sociales, videojuegos o celular es equiparable al de una droga, porque altera la vida diaria del menor, lo aísla, lo distrae de sus actividades escolares, y lo lleva a presentar síntomas de ansiedad y depresión”, afirmó.

De acuerdo con los casos atendidos, la adicción a los videojuegos se presenta principalmente a partir de los 10 años, mientras que el uso problemático de redes sociales aparece con mayor fuerza en secundaria y bachillerato. “El problema es que los niños no tienen autocontrol, no pueden regular sus tiempos de juego ni de conexión. Y lo que observamos es que dejan de hacer tareas, de relacionarse o incluso de convivir en familia”, subrayó Gobea.

La situación, además, está relacionada con otros trastornos. “La morbilidad que detectamos en estos menores es principalmente depresión y ansiedad. No estamos hablando de algo aislado, sino de condiciones que requieren atención terapéutica y acompañamiento especializado”, explicó.

Un problema que cruza todas las familias
Gobea rechazó la idea de que este tipo de adicciones solo se den en familias desintegradas o en sectores marginados. “El contexto es diverso. Hemos visto casos en todo tipo de familias, en todos los niveles socioeconómicos, en comunidades rurales y en las ciudades. El común denominador es la falta de convivencia familiar: padres ocupados en el trabajo, roles que se desdibujan y poca supervisión de los hijos”, señaló.

En este sentido, el especialista recalcó la importancia de las crianzas positivas. “Lo que recomendamos es tiempo de calidad con los niños, niñas y adolescentes, talleres para madres y padres, y sobre todo, supervisión. No se trata solo de prohibir, sino de acompañar”, sostuvo.

Recomendaciones para prevenir
Ante este panorama, los Servicios de Salud de San Luis Potosí han reforzado el trabajo en escuelas primarias y secundarias con programas de prevención. Gobea llamó a madres y padres a establecer límites claros en el uso de dispositivos y videojuegos: “Las recomendaciones internacionales hablan de no más de 30 minutos a 45 minutos diarios frente a pantallas para fines recreativos, siempre bajo supervisión de un adulto. No todo en la tecnología es malo, depende del contenido y del tiempo, pero cuando excede ese límite ya es una señal de alerta”.

Asimismo, recordó que en el estado existen siete Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones, donde se brinda atención gratuita a personas con estas problemáticas. También está disponible la Línea de la Vida, que ofrece acompañamiento telefónico y canalización a servicios especializados.

“Lo más difícil es que estas adicciones, tanto químicas como tecnológicas, requieren de un tratamiento similar. No basta con decirles que dejen el celular o que no jueguen videojuegos; necesitan procesos psicoterapéuticos, acompañamiento y, en muchos casos, intervenciones familiares. No es sencillo, pero sí es posible con apoyo profesional”, concluyó Gobea