San Luis Potosí, S.L.P., jueves 27 de noviembre de 2025.- San Luis Potosí atraviesa un deterioro en su mercado laboral así lo dio a conocer la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI correspondiente al cierre de 2025, la tasa de desocupación en el estado se disparó a 3.9%, un incremento notable frente al 2.2% registrado en el mismo periodo del año anterior. La cifra rompe con el discurso oficial de estabilidad económica y evidencia que cada vez más potosinos están buscando trabajo sin encontrarlo .
La estructura laboral del estado continúa descansando en actividades que son mal remuneradas. Tres de los sectores que concentran la mayor cantidad de trabajadores agricultura, construcción y el trabajo doméstico se mantienen como los principales absorbentes de mano de obra, pero también representan los empleos más vulnerables frente a la informalidad, la rotación y los bajos salarios. La ENOE confirma que estos rubros siguen dominando la ocupación en San Luis Potosí, sin que existan señales claras de transición hacia empleos formales y mejor pagados .
Aunque la actividad económica del estado mantiene crecimiento en sectores como manufactura y servicios, la falta de empleos estables impulsado por la baja del empleo en la entidad ha empujado a miles de potosinos a aceptar cualquier trabajos sin garantias laborales e incluso eventuales, informales o de bajos ingresos. Esto se agrava al observar que los niveles de empleo no corresponden con el ritmo de inversión pública y privada anunciado en los últimos años.
En este contexto, el “crecimiento económico” contrasta con la realidad de las familias potosinas: más personas sin empleo, más trabajadores en oficios precarios y un mercado laboral que no se fortalece, sino que se estanca. Las proyecciones hacia 2026 advierten que, de no corregirse el rumbo, San Luis Potosí podría enfrentar una brecha laboral más profunda, especialmente para jóvenes y trabajadores con menor escolaridad.
La ENOE señala que la recuperación laboral San Luis Potosí no solo está incompleta, sino que avanza en dirección contraria. Mientras la desocupación crece y los sectores precarios siguen cargando el peso del empleo, la población enfrenta un panorama donde trabajar ya no es sinónimo de estabilidad, y donde el estado sigue sin ofrecer condiciones laborales a la altura de su potencial económico.