Los residentes de Gaza, celebrando al principio la tregua, pronto se enfrentaron a la desolación en sus hogares destruidos. En ciudades como Yabalia, una de las más afectadas, los habitantes mostraron a través de videos la magnitud de los daños, con barrios enteros en ruinas. Duaa al Jalidi, quien perdió a su esposo y a varios familiares, compartió su dolor al regresar a la zona de Al Faluja. “Solo quiero poder enterrar a mis seres queridos con dignidad”, expresó la madre que sobrevivió con sus hijas.
Por otro lado, Hussein Awda, un levantador de pesas de renombre, también regresó a su ciudad natal, Yabalia, para rendir homenaje a los miembros de su familia fallecidos al inicio de la guerra. A pesar de la pérdida de su casa y su club deportivo, destacó que lo único que deseaba era poder visitar la tumba de sus seres queridos.
Mientras tanto, en otras áreas de Gaza como Jan Yunis, las celebraciones fueron marcadas por el contraste entre los vítores de los combatientes armados y el dolor de los habitantes, que sentían que la ciudad estaba irreconocible. Aunque algunos se sintieron aliviados por el alto el fuego, como Ahmed Abu Ayham, otros, como él, consideraron que no era el momento para celebrar debido a la devastación que presenciaban.
Rafah, al sur de Gaza, también vivió este retorno complicado. Muchos que habían huido hacia la zona debido a las evacuaciones israelíes ahora enfrentaban la pérdida de sus hogares. La fragilidad del alto el fuego quedó patente, ya que el acuerdo comenzó con retrasos y las primeras horas de tregua estuvieron marcadas por nuevos ataques. La incertidumbre sobre su durabilidad persiste entre los gazatíes.