Anteriormente había sido explicado por el Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México que San Luis Potosí, junto a entidades como Zacatecas, Sinaloa, Querétaro, Aguascalientes y Durango, han duplicado su nivel de arsénico y de flúor en 14 años, lo cual lo ubica entre una de las seis entidades con mayor concentración de estos elementos en sus niveles de agua.
Uno de los problemas mayores recientemente encontrados por investigadores ambientalistas de la UASLP, es que en al menos 60 pozos de agua existe una concentración mayor de flúor que la permitida por la Norma Oficial Mexicana, lo cual podría afectar en grave riesgo la salud de los potosinos.
Si bien el flúor se encuentra naturalmente en el suelo, agua y alimentos, la alta exposición a este elemento podría generar anomalías severas en la salud humana, explica el Ing. Químico en alimentos Jorge Rodriguez, ya que uno de los más graves riesgos en la ingesta de agua contaminada es la flouorosis dental, flouorosis ósea, problemas de tiroides, problemas neuronales, entre otras afectaciones, que en medida prolongada y sin tratamiento adecuado podrían generar un daño mayor a la salud, por lo que no se debe minimizar el daño y los resultados de estas investigaciones.
Explicó también que si bien, existen casos por envenenamiento por floruro, esto es más atribuible a casos de contaminación por accidentes en la red de agua, por lo que es necesario tomar acciones que permitan regular estos niveles encontrados, ya que incluso el aumento en presión hídrica en los pozos podría incrementar los niveles de flúor o arsénico siendo el segundo potencialmente más dañino que el primero mencionado.