San Luis Potosí, S.L.P., lunes 08 de septiembre de 2025.- La industria cañera potosina podría encontrar un nuevo impulso gracias al anuncio de que Coca-Cola, la refresquera más grande del mundo, que prepara en Estados Unidos el lanzamiento de una versión de su bebida endulzada con azúcar de caña en lugar de jarabe de maíz de alta fructosa. Este giro, derivado de presiones comerciales y fiscales del vecino país, abre una ventana de oportunidad para México, tercer productor de caña de azúcar en el continente y con San Luis Potosí aportando el 7 por ciento de la producción nacional.
En contraste con el panorama actual, los productores locales enfrentan pérdidas estimadas en mil 500 millones de pesos debido a la competencia desleal del jarabe de maíz, que ingresa al país con una tasa arancelaria baja y que ha desplazado al azúcar en los procesos de varias industrias, incluidas las refresqueras, provocando tensión en la zona huasteca en donde se siembra la caña que produce el azúcar necesario para su refinación y posterior venta.
Contradictoriamente los cañeros potosinos son los más afectados y ahora posiblemente beneficiados por las políticas de la unión americana pues no sólo reclaman la presión del jarabe de maíz, sino también la “satanización” del azúcar en campañas de salud, lo que ha reducido la demanda en el mercado interno. Sin embargo, el anuncio de Coca-Cola abre la posibilidad de revalorizar este producto como un endulzante natural y nacional, con potencial de aumentar exportaciones y garantizar ingresos más estables.
De consolidarse esta transición, México podría aprovechar la coyuntura para ampliar su cuota de exportación hacia Estados Unidos y reposicionar al azúcar de caña como insumo estratégico en la industria de bebidas. Esto significaría no sólo una mayor certidumbre para los cañeros potosinos, sino también la posibilidad de diversificar mercados y obtener precios más competitivos frente a otros edulcorantes.
Sin embargo a nivel interno, la actualización del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) impactará directamente en el costo de las bebidas saborizadas, lo que podría encarecer el precio final de los refrescos en México. Para 2026 se prevé que la cuota por litro aumente conforme al índice de inflación, lo que representa un desafío para las embotelladoras y, al mismo tiempo, un incentivo para que éstas busquen alternativas de endulzantes que aseguren competitividad sin trasladar en exceso el incremento a los consumidores.