San Luis Potosí, S.L.P., jueves 24 de julio de 2025.- Entre aplausos, lágrimas de alegría y un profundo reconocimiento de su comunidad artística, el Payaso Tombolín, nombre escénico de Jaime Nicolás López Hernández, fue homenajeado en el Teatro Alameda durante el Carnaval Latino de Payasos, por sus 26 años dedicados a llevar sonrisas a niñas, niños y familias potosinas.
El tributo, cargado de emociones, fue uno de los momentos más conmovedores del encuentro internacional de payasos que reunió en la capital potosina a artistas de todo México, así como de Estados Unidos y Centroamérica. Allí, Tombolín compartió con el público parte de su historia, marcada por la entrega, la creatividad y también la resiliencia.
“Soy originario de San Luis Potosí, pero crecí en Soledad. El payaso Tombolín nació cuando tenía un puesto de hamburguesas. Un cliente frecuente, el Payaso Tirantitos, me inspiró a seguir este camino”, recordó con voz entrecortada. “Empecé desde cero, cargando maletas, maquillajes y zapatos, aprendiendo que el maquillaje de payaso es distinto, que esto es más que pintarse la cara: es un arte que toca el alma”, relató.
Durante su carrera, Tombolín ha participado en ferias, fiestas patronales, campañas, congresos de payasos y eventos públicos. Ha formado parte de iniciativas culturales en el Ayuntamiento de Soledad de Graciano Sánchez, como La Caravana Artística y Dibujando una Sonrisa, impulsando el talento local y llevando espectáculos a barrios y comunidades.

Pero su camino no ha estado exento de retos. Hace algunos meses, Jaime Nicolás enfrentó la amputación de una pierna, un hecho que puso a prueba su espíritu. “He tenido altas y bajas, pero aquí sigo, con más ganas de hacer reír. Gracias a Dios, a mi esposa, que ha sido mi compañera, enfermera y amiga, a mi hija Pecosita, y a mis colegas como el Payaso Tripita, que han estado conmigo”, expresó entre lágrimas.
El público, compuesto por colegas, familiares y asistentes al Carnaval, respondió con una ovación cerrada. El homenaje no solo reconoció su trayectoria artística, sino también su fuerza personal para seguir de pie —literal y simbólicamente— en un oficio que exige entrega total.
“Llevar alegría en medio del dolor, hacer reír en medio de la tristeza, es lo que nos hace artistas. No me detiene nada, porque lo que hago, lo hago con amor”, dijo Tombolín al finalizar su intervención, mientras recibía una placa conmemorativa.
El homenaje a Tombolín fue el corazón de este Carnaval Latino de Payasos, un encuentro que, más allá de concursos y talleres, dejó testimonio de que el arte del payaso es también un acto de amor, resistencia y comunidad.