San Luis Potosí, miércoles 9 de julio de 2025.- Las inundaciones que causaron la muerte de al menos 100 personas el 4 de julio en Texas Hill Country fueron el resultado de una combinación entre la configuración geográfica del área y condiciones meteorológicas específicas. La región, caracterizada por pendientes abruptas y suelos poco profundos, facilitó la rápida acumulación de agua y el aumento súbito de ríos y arroyos.

La tormenta se originó por la concentración de aire húmedo proveniente de la llanura costera, que se estancó sobre las colinas de Texas. Este fenómeno meteorológico provocó lluvias intensas que se mantuvieron sobre la zona durante horas, generando crecidas repentinas, como la registrada en el río de Hunt, que alcanzó casi seis metros sobre el nivel de inundación.
Texas Hill Country, conocida como Flash Flood Alley, es una de las regiones con mayor número de muertes por inundaciones en Estados Unidos. Entre 1959 y 2019, Texas encabezó la lista con más de mil víctimas fatales relacionadas con desbordamientos, debido a su geología marcada por la falla Balcones Escarpment y a un suelo superficial que dificulta la absorción del agua.

El cambio climático también contribuye al aumento de eventos extremos. Estudios muestran un incremento del 15% en la cantidad promedio de lluvia en el sur y sureste del país durante las últimas cuatro décadas, resultado de océanos más cálidos y atmósferas con mayor capacidad de retención de humedad.
Expertos señalan la necesidad de sistemas de pronóstico más precisos y locales para alertar a la población sobre las posibles inundaciones. La combinación de un terreno accidentado, lluvias intensas y falta de herramientas adecuadas de monitoreo convierte a Texas Hill Country en una zona de alto riesgo ante eventos meteorológicos severos.
Este evento pone de relieve la urgencia de implementar medidas para mejorar la infraestructura y los sistemas de alerta temprana, con el fin de mitigar el impacto de futuras tormentas y proteger a las comunidades vulnerables.