San Luis Potosí, domingo 29 de junio de 2025.- En 2023, unas 316 millones de personas consumieron drogas a nivel global, lo que representa el 6 % de la población entre 15 y 65 años, según el Informe Mundial sobre Drogas 2025 de la ONU. La cifra supera el 5,2 % reportado en 2013 y excluye el consumo de alcohol y tabaco.
El cannabis fue la sustancia más consumida, con 244 millones de usuarios, seguida por los opioides (61 millones), anfetaminas (30,7 millones), cocaína (25 millones) y éxtasis (21 millones). El estudio destaca un notable crecimiento de los estupefacientes sintéticos en la última década.
La ONU advierte que más personas recurren a las drogas y a edades cada vez más tempranas, en un contexto donde la digitalización facilita el acceso a estas sustancias. En 2022, 63 millones de personas presentaban trastornos relacionados con su consumo.
Los opioides continúan siendo los más letales. En Estados Unidos, el fentanilo y otros compuestos sintéticos estuvieron vinculados a la mayoría de las más de 100.000 muertes por sobredosis en 2023. En América del Sur, la pasta base de cocaína afecta especialmente a zonas marginadas de Argentina, Bolivia y Perú.
En otras regiones, como Europa del Este, los opioides y la heroína representan las principales amenazas, mientras que en África Occidental el consumo de tramadol ha aumentado. En el sudeste asiático, se ha intensificado el uso de metanfetaminas.
Pese al impacto en la salud pública, solo uno de cada cinco consumidores con trastornos graves recibe tratamiento. La ONU advierte que persisten enfoques punitivos y que la prevención no recibe suficiente atención, especialmente en contextos de violencia, pobreza y desplazamiento forzado.
El informe también subraya la brecha de género: apenas el 5,5 % de las mujeres con trastornos por drogas accede a tratamiento, frente al 13,6 % de los hombres. La estigmatización impide que muchas busquen ayuda.
En cuanto a la producción, la cocaína alcanzó cifras récord. Colombia registró 253.000 hectáreas de cultivos de hoja de coca en 2023 y una producción de 3.708 toneladas, lo que supone un aumento del 34 % respecto a 2022. Los mayores incrementos se concentraron en el suroeste del país, en regiones controladas por disidencias armadas.
En Bolivia, la superficie de cultivos se mantuvo estable, mientras que en Perú se reportó una leve reducción.