Como parte de la programación digital #CulturaVivaEnCasa, a partir del viernes 16 de abril se podrá ver en el canal de YouTube de la OSSLP el concierto realizado por el Ensamble de Alientos de la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí el pasado 26 de marzo y que se transmitió por Facebook Live de la Secretaría de Cultura, el cual se integró con obras de dos grandes genios de la música sinfónica: Ludwig van Beethoven y Dmitri Shostakovich.
El concierto realizado a puerta cerrada desde el Teatro de la Paz abrió con dos obras del Genio de Bonn: el Rondino y el Octeto para Alientos, ambos en Mi bemol Mayor, escritos por un Ludwig van Beethoven recién llegado a Viena (1793), con apenas 21 años de edad, pero que ya asoman la madurez y originalidad en la composición que lo convirtió en uno de los grandes músicos de todos los tiempos.
Mucho se ha dicho que Beethoven escribió el Rondino como una variante final Octeto para Alientos, Opus 103, aunque en realidad se trata de dos obras contrastantes y se le cataloga como WoO. 25. Lo cierto es que en estas dos obras podemos apreciar el enorme respeto a la tradición alemana del músico, y aluden al movimiento en boga en la Alemania del siglo XVIII: Harmoniemusik (música para agrupación de vientos), que se agrupa en dos categorías, la que fue escrita ex profeso para conjunto de vientos, y la que se generaba a través de las transcripciones o arreglos de obras como óperas, ballets, sinfonías u oratorios para que pudieran ser interpretadas por pequeños ensambles y que servía principalmente como música de fondo o de serenata para los nobles y ricos durante sus actos oficiales, celebraciones y banquetes, por lo que se les llamaba Taffelmusik.
De la obra 24 Preludios y Fugas Op.87, de Shostakovich, escucharemos la adaptación para alientos realizada por el titular de la OSSLP, José Miramontes, de los números 1, 3 y 4. Estos preludios y fugas los escribe Shostakovich originalmente para piano como homenaje a Johann Sebastian Bach.
El músico fungió activamente como jurado en un concurso de piano en el “Bach Festival de Leipzig” en 1950, cuando se conmemoró el bicentenario de la muerte de Bach. La ganadora fue su compatriota Tatiana Nikolaeva (1924-1993), causando una experiencia tan emotiva en el compositor, que, a su regreso a Rusia, formó un ciclo con orden concreto (tonal, progresiva dificultad técnica, etc., acorde al contexto de la música rusa) donde destaca el sello que deja la influencia de la obra de J. S. Bach al tomar como referencia el sistema tonal tradicional de doble modalidad. Es decir, compone sus Preludios y Fugas en las veinticuatro tonalidades posibles, y con un alto valor conceptual de los grandes polifonistas, esto en menos de cinco meses (entre octubre de 1950 y febrero de 1951).
