Durante su conferencia, Sheinbaum cuestionó la lógica de declarar una guerra en su propio país, argumentando que la guerra otorga el permiso para matar y coloca las leyes en segundo plano. Reiteró que esta estrategia permitió que el Ejército actuara en funciones de seguridad sin un marco legal, con la consigna de eliminar a los presuntos delincuentes sin juicio.

La mandataria también recordó cómo, bajo esta estrategia, las detenciones no existían, ni se respetaba el debido proceso. En lugar de detener y juzgar a los detenidos, el enfoque era matar a los presuntos culpables sin importar el marco legal.

En cuanto a la situación actual, Sheinbaum destacó que la administración de la Cuarta Transformación ha implementado un enfoque diferente. La creación de la Guardia Nacional, apoyada por un marco legal adecuado, refleja un cambio de rumbo en la estrategia de seguridad del país, con un énfasis en atender las causas y no solo los efectos de la violencia.

Por último, la presidenta habló sobre el inicio de un programa de desarme nacional en colaboración con las iglesias, con el objetivo de reducir la disponibilidad de armas y promover la paz en México. La Basílica de Guadalupe fue elegida como el lugar de inicio de esta iniciativa, debido a su importancia simbólica y la confianza que genera entre los mexicanos.