Aunque no existe evidencia científica que respalde la idea de que hay un día específico más deprimente que otros, diversas explicaciones intentan justificar este fenómeno. Entre las razones más mencionadas están el fin de las festividades decembrinas, el regreso a la rutina escolar y laboral, y el agotamiento de los recursos financieros de las fiestas.

El clima invernal también podría influir, ya que las bajas temperaturas y la falta de luz solar afectan el estado de ánimo, reduciendo los niveles de serotonina. Además, el estrés por las deudas acumuladas durante las festividades puede agravar el malestar general de algunas personas.
A pesar de que no hay pruebas científicas que validen la idea del Blue Monday, en algunos lugares de México persisten creencias populares que vinculan este día con mala suerte. Se cree que tomar decisiones importantes o hacer cambios significativos en esta fecha puede traer consecuencias negativas, aunque estas creencias no tienen base científica.
Este concepto surgió hace casi 20 años, cuando un supuesto profesor de la Universidad de Cardiff presentó una fórmula matemática para identificar el día más triste del año. Sin embargo, investigaciones posteriores descubrieron que la fórmula no tenía base científica, siendo más una estrategia de marketing que un hallazgo académico.