Una de las festividades más emblemáticas de la región huasteca se celebra en noviembre, coincidiendo con el Día de Muertos. Esta tradición, que fusiona elementos indígenas y católicos, es un homenaje a los ancestros y una celebración de la vida, donde la fiesta de los muertos se centra en los vivos.
El Xantolo es una fiesta sagrada de olores, colores y música, combinada con sones huastecos. Es la culminación de varias semanas, e incluso meses, en las que los huastecos reciben a las almas de sus seres queridos que han cruzado al más allá, recordando el orgullo de la tierra huasteca.
La festividad inicia con la creación de altares adornados con flores de cempasúchil, fotografías y ofrendas de comida y bebida. Los guisos y el olor a leña evocan los días felices compartidos con quienes ya no están, reflejando la conexión espiritual que los huastecos mantienen con sus difuntos.
Uno de los elementos más distintivos de Xantolo es la danza de los Huehues, en la que hombres vestidos con máscaras y trajes tradicionales representan una farsa dramática. Esta danza no solo es una manifestación cultural, sino también una forma de recordar la importancia del respeto hacia los ancestros y el entorno.
Una fiesta sin música no es fiesta, y para los huastecos, los sones de la tierra juegan un papel crucial en esta celebración. Al son de violines y guitarras, el ambiente se llena de una atmósfera festiva que invita a la comunidad a unirse en un mismo espíritu de recuerdo y celebración.
Además de la danza y la música, platillos típicos como el pan de muerto y el mole son parte esencial de la ofrenda, simbolizando la abundancia y la continuidad de la vida. La comunidad se reúne en un acto de unión y reflexión, donde el luto se transforma en fiesta, honrando así la dualidad de la vida y la muerte.
El Xantolo, al igual que la vida, trasciende y no solo es una celebración; es un recordatorio de la rica herencia cultural de la Huasteca, que resuena con fuerza en cada rincón de la región. La festividad ha logrado mantener su esencia a lo largo de los años, adaptándose a los cambios sociales, pero siempre respetando sus raíces.
En este sentido, el Xantolo se erige como un pilar fundamental de la identidad huasteca, uniendo a generaciones en un lazo de memoria y comunidad.