El cónclave morenista de este viernes, que contó con la presencia de Claudia Sheinbaum, marcó un claro rompimiento y una imposición por parte del aliado político de Morena en San Luis Potosí, aunque los dirigentes morenistas por meses vociferaban que irían solos y que no habría imposiciones en las postulaciones y que serían decididas las candidaturas por encuestas, dejó más sinsabores que certezas, más dudas que afirmaciones y más molestia que unidad.
Fue desde la medianoche del jueves cuando la bomba explotó para el círculo cerrado de morenistas, aquellos que durante meses se dijeron a sí mismos y a sus correligionarios que irían solos en la boleta, que no sería un candidato externo sino un perfil del círculo el que representaría las aspiraciones al Senado por Morena.
Con varias encuestas, Gabino Morales se promovía como el aspirante natural a ocupar un espacio en el Senado, constantemente se decía a sí mismo que llegaría a ocupar un espacio; sin embargo, el día de la visita de la aspirante presidencial mermó sus aspiraciones, lejos de ser el elegido fue el descartado.
Alguien que sostuvo en repetidas ocasiones que no buscaría un espacio y que se quedaría a terminar su encomienda apareció en la lista de un partido que ni es el suyo, Ignacio Segura Morquecho llegó para quitarle un espacio a los morenistas.
Una vez agotado el primer round, desde temprana hora se movilizaron los equipos de tierra del Partido Verde y Morena para llenar el Centro de Convenciones con personas que, uniformadas con chaleco guinda y gafete, ingresaron desde temprana hora; al llegar al registro pedían a los asistentes dejar sus teléfonos antes de ingresar para escuchar un mensaje de Claudia Sheinbaum.
Llegó Gabino Morales molesto, enojado, sin querer dar entrevistas, pero forzado por la presión de los medios habló, dijo que él podría estar de acuerdo o no con las decisiones, pero siempre estaría dispuesto a apoyar el movimiento, dijo que apoyaría a Morena aunque se dijo ganador de la encuesta, pero desconoce el motivo por el cual fue desplazado, culpó a Mario Delgado de la falta de claridad en la toma de decisiones, dejando en el aire la idea de que podría contender en el 2027 por la gubernatura, pero que ahí no se dejaría.
Llegaron uno a uno los liderazgos del partido guinda saludando a los medios de comunicación y con la convicción de escuchar un mensaje de Sheinbaum Pardo, aunque llegado el momento la fractura interna solamente dejaba entrever que desde la candidatura presidencial se buscaba arreglar una coalición que está rota desde hace mucho tiempo y que por más que el discurso sea unidad, la realidad es que cada quien va por su lado, pero eso sí, palomeado desde Palacio de Gobierno; la candidata durante su discurso habló de una sola cosa: la unidad.
Llegada la rueda de prensa, acompañada de Manuel Velasco, el mandamás del Partido Verde, quien era escoltado por personal de seguridad de Gobierno del Estado, así como de la secretaria particular del gobernador, comenzó la tanda de preguntas, entre ellas la más importante para San Luis, “¿Irían los partidos juntos o separados?”.
La respuesta fue certera, cada partido postularía a sus candidatos, entonces se pidió una explicación de esa respuesta, a lo que Sheinbaum contestó que a nivel nacional van juntos, pero en algunos estados por el tema de competitividad irán separados para ganar la candidatura, aunque el trasfondo dejaba entrever que serían tres posturas diferentes que no lograron ponerse de acuerdo.
Al final de la reunión con los medios de comunicación se estableció una narrativa de falsa unidad, aunque en el evento estuvieron los morenistas del estado, también los afines al Verde tuvieron su espacio, su foto y su reunión con el gobernador, que ahora fue más cauto y no se dejó ver en el evento, pero a puerta cerrada en otro lugar se fotografió con la aspirante presidencial que casualmente vestía de verde, un mensaje para demostrarle a sus simpatizantes de partido que en San Luis Potosí el Verde lleva mano.
Aquí el único perdedor fue Gabino Morales, quien pasó de ser el súper delegado a ser un relegado más de las decisiones de partido, en este caso fue el sacrificado de su propio partido, aquel que pintaba para ser el peligroso candidato a la gubernatura en 2021 no alcanzo ni a llegar a un escaño del Senado y eso que él tuvo en sus manos el control de los programas sociales, y el cariño del Presidente que poco le valió siquiera para ser aspirante a una pluri federal.