Suman ya 432 muertos, 232 del lado palestino y 200 de la parte israelí, así como 2 mil 700 personas heridas -mil 100 de Israel y mil 600 de Gaza- en cuestión de 12 horas de bombardeos en el peor ataque contra Israel en décadas.
Aún no se determina el número de soldados y civiles muertos, y hubo también militares y otras personas -al menos unos 50- secuestradas por milicianos y hechas cautivas en Gaza, donde ahora el grupo islamista Hamás y Yihad Islámica dicen que las usarán como moneda de cambio para pedir la libertad de prisioneros palestinos.
El país fue agarrado desprevenido esta mañana en un ataque por tierra, mar y aire de palestinos de Gaza que atacaron la frontera y avanzaron ante el desconcierto del Gobierno y el aparato de seguridad israelíes, que perdieron control de puntos clave y de comunidades israelíes colindantes con Gaza, zonas que en parte todavía no han recuperado y que siguen bajo extrema tensión.
En Sderot, en el sur de Israel, cerca de Gaza, los cuerpos de civiles israelíes yacían esparcidos a lo largo de una carretera, rodeados de vidrios rotos.
Una mujer y un hombre yacían muertos en los asientos delanteros de un coche. Un vehículo militar pasó junto a los cuerpos de otra mujer y un hombre en un charco de sangre detrás de otro automóvil.
«Salí y vi montones de cadáveres de terroristas, civiles, coches baleados. Un mar de cadáveres, dentro de Sderot a lo largo de la carretera, en otros lugares, montones de cadáveres», dijo Shlomi desde Sderot.
En Gaza, humo negro y llamas anaranjadas se elevaban hacia el cielo nocturno desde una torre alta golpeada por un ataque de represalia israelí.
Multitudes de dolientes cargaron por las calles los cuerpos de militantes recién asesinados, envueltos en banderas verdes de Hamás.
