El siguiente es un recuento de la ruta del fraude que, durante meses, aquí hemos identificado y explicado de manera parcial.

Hoy, a nueve meses de la elección presidencial del 2 de junio del 2024, es posible establecer los diez pasos que diseñó el gobierno de López Obrador para permanecer en el poder, de manera ilegal y arbitraria.

Y es que, como también lo hemos documentado de forma reiterada, queda claro que esa mafia política y criminal llamada Morena, no dejará el poder por la buena –es decir, no entregarán el poder de manera legal–, sino que se aferrará a través del robo del resultado en las urnas.

Un fraude que, curiosamente, es la reedición de todo aquello que por décadas realizó el viejo PRI; que cuestionaron por años los opositores y que hoy repite gustoso el gobierno de López.

Pero vamos al dato duro.

1.- El primer paso lo hemos visto a lo largo de cinco años de gobierno, tiempo en el que se usó todo el peso del Estado y todo el dinero del gobierno federal y capitalino para promover la imagen de Claudia, la preferida de Palacio para el 2024.

Así, al inicio de las precampañas, Claudia no solo fue impuesta de manera tramposa por el presidente, sino que llegó con una popularidad que, con toda razón, la tienen en la punta de las preferencias.

2.- También desde el arranque del gobierno federal la popularidad de Obrador y de su gestión se alimentaron con el dispendio del dinero público disfrazado de programas sociales. Hoy casi 4 de cada diez mexicanos recibe algún tipo de dádiva, lo que se traduce en votos.

Pero el grosero clientelismo a favor de Claudia llegó al extremo del saqueo en el presupuesto de egresos para el 2024, en donde se adulteró el número de beneficiarios para desvías nada menos que 50 mil millones de pesos, que serán utilizados de manera discrecional para la campaña de la preferida. Claro, además del saqueo del presupuesto en el gobierno de CDMX. 

3.- Una pieza clave para hacer posible el fraude es el debilitamiento y la captura de los llamados “árbitros electorales”. Nos referimos, como saben, al INE y al Tribunal Electoral, que hoy prácticamente son instituciones de ornato. Floreros, en pocas palabras.

De esa forma, con el control de los “árbitros electorales”, desde Palacio se ordenará legitimar el fraude y punto. Y ay de aquel que reclame.

4.- De manera simultánea al clientelismo y captura de las instituciones electorales, López tiene en sus manos un ejército de 20 mil promotores del voto llamados “servidores de la nación”, quienes por todo el país van de casa en casa para condicionar el voto a cambio del programa de Adultos Mayores.

Ese clientelismo está obligado a llevar a las urnas a por lo menos 11 millones de votantes mayores; sufragios seguros para la señora Claudia.

5.- No menos importante es el control de medios; tanto privados como del Estado. Y es que también desde Palacio y “con la zanahoria” de los contratos publicitarios y licitaciones, se somete a los grandes medios.

En efecto, de la misma forma que antaño el viejo PRI sometía a televisoras y medios, hogaño desde Palacio se amenaza y amaga a las empresas mediáticas para cerrar los espacios informativos a los opositores y, en especial, a la candidata del Frente Amplio, la señora Xóchitl.

6.- Además del control de medios, también desde Palacio se lleva a cabo la persecución de críticos del oficialismo y la compra de conciencias.

Sí, con todo el peso del Estado y del poder presidencial, López acusa, señala, difama y calumnia a diario a los principales críticos de su fallido gobierno, al extremo de que México se ha convertido en el país más peligroso del mundo para el ejercicio del periodismo.

7.- Como buen fascista, AMLO también puso en práctica uno de los instrumentos clave del populismo fascistas; el terror y el miedo.

Y sólo basta echar un vistazo a las secciones policiacas o de sucesos de los diarios de todo el país para descubrir el incremento escalofriante de la violencia criminal contra los ciudadanos en general y, en especial, en aquellas entidades no proclives al partido Morena.

8.- Y esa violencia sin freno es parte de los acuerdos pactados entre el gobierno de López y las bandas criminales; alianza perversa que convirtió a México no solo en un estado fallido por la elevada criminalidad, sino en un “narco-estado”, por el predominio de las bandas criminales en el poder.

Lo cierto es que, en la presidencial del 2024, los grupos criminales dominantes serán los principales promotores del voto forzado y violento a favor de la candidata del presidente.

9.- Por si fuera poco, también en la contienda presidencial del año próximo, tanto militares, como marinos, serán una fuerza oficial dominante para someter y amedrentar votantes, igual que en su tiempo hicieron las fuerzas represoras en la Italia de Mussolini y en la Alemania de Hitler.

10.- Y, por último, también volverán las elecciones de Estado. ¿Y eso qué significa? Poca cosa; que “los tres ordenes de gobierno” y dos de los Tres Poderes de la Unión, estarán al servicio del fraude.

Por eso, no es tiempo de ingenuidad y menos de cobardía.

Sólo una votación masiva, de ocho de cada diez potenciales electores, hará posible la victoria de Xóchitl. Y si no somos capaces de esa gesta histórica, no merecemos un mejor futuro.

Al tiempo.