Corcholópez se reunió con su camarilla cuatroteísta en el Senado de la República, con pretexto de acordar la agenda política; se supo más por escandalosa y penosa discusión con una senadora del blanquiazul que por voluntad de transparencia.
¿Pueden políticos de diversos poderes reunirse a conciliar agendas y definir estrategias?, claro que sí, los riesgos para la sociedad son la sumisión de un poder ante otro (situación que en este sexenio ha sido el caso) y la perversión vestida de política por sus actores.
Luego se vio al senador, padre de la Gobernadora del Estado de Guerrero, alardear con petulancia que procederán los nombramientos al INAI hasta que les dé la gana “porque somos mayoría”, dijo altanero cual es; lo que en realidad significa que, como en las cortes medievales, se han sometido al designio palaciego.
No se requiere gran perspicacia para deducir que, en parte, la agenda dictada desde Palacio Nacional implica que no tienen prisa para nombrar a los funcionarios del INAI; debe serles conveniente que el INAI quede congelado en su operación, como en el medievo hay oscurantismo y opacidad.
Oscurantismo porque desde el poder se dicta, como por aquellas temidas iglesias, lo que un estado y personas deben hacer, casi respirar les depende de los designios e instrucciones de Huey Tlatoani; rememoremos, como antaño dijera un personaje, “quién se mueve no sale en la foto”, lo que olvidó aquel líder sindical es que ya había video, ahora hay internet y sus aplicativos, ya no son esos tiempos.
La opacidad les conviene porque estamos en tiempos del gran laboratorio electoral, dos estados de significación icónica para esa clase de procesos; así que al congelar al INAI los flujos de efectivo podrán ser discrecionales, para cuando la ASF detecte y reporte ya estaremos en el proceso electoral presidencial.
Quizá se pregunte si este espacio ya ha abandonado su raíz para analizar política y políticas públicas en Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI; pues no, en lo que viene al cuento el inicio de esta entrega es porque, precisamente, en la citada reunión senatorial no ha sido priorizada la iniciativa de reforma para la Ley de Ciencia y Tecnología, LCyT.
Para ser mas claro, resulta que en la citada reunión de senadores guinda con el titular de Gobernación no se dictó como prioritaria la reforma a la LCyT propuesta por CONACYT; les interesa muchísimo mas que no se resuelvan los nombramientos en el INAI, entre otros asuntos, ante lo cual prevén que habrá recursos en la SCJN interpuestos por legisladores (ya hay algunos interpuestos por el INAI para que no se les dicte falta alguna, provisto que otorgar los nombramientos está fuera de su competencia).
De hecho, la iniciativa de CONACYT sigue atorada en la cámara de origen, la de Diputados, no omito decir que el periodo ordinario de sesiones termina el 30 de abril, debe votarse a lo mas ese día -aunque puede haber periodos extraordinarios-; también recuerde usted que luego, en caso de aprobarse en la cámara de origen, sería turnada al Senado de la República, como cámara revisora, ahí no es prioridad cuatroteísta.
Ya lo hemos comentado en este espacio, faltan muchos elementos procesales para que se pueda decretar como ley la iniciativa en materia de CTI; así que aún hay oportunidades, incluido el proceso en San Lázaro, para parar el disparate y retroceso implicados en la reforma propuesta por CONACYT.
Pero, ya que quienes pertenecemos a la comunidad en CTI estamos con las propias agendas repletas, aun hay riesgo de “batear una bola baja y nos dejen fuera”; para decirlo en argot beisbolero, el segundo interés de Huey Tlatoani sólo después de lo electoral; no tiene más, ni los pobres ni los ricos, mucho menos quienes somos profesionales de la generación y aplicación del conocimiento, tampoco per se las instituciones donde laboramos.
Hay otra iniciativa sobre la Administración Pública Federal, se trata de una silenciosa amenaza al ecosistema científico mexicano; en breve su análisis.