Este viernes, la ciudad de Nueva York recupera la normalidad al disiparse antes de lo previsto el humo procedente de los incendios forestales de Canadá, que en los pasados días empeoró la calidad del aire y llevó a un aumento en las visitas a hospitales públicos por casos de asma.
El efecto de la contaminación fue sobre todo notable el miércoles, cuando se impuso sobre la Gran Manzana una espesa bruma naranja con notable olor a humo, mientras que ayer jueves continuaba la alerta por contaminación pese a que los cielos se veían mucho más despejados, al igual que hoy.
Se espera que la calidad del aire mejore este fin de semana, pero la ciudad estará hasta la medianoche en alerta, por lo que el departamento de salud recomendó a las personas con problemas respiratorios y cardíacos que no bajen la guardia y reduzcan su tiempo en el exterior, o que lleven mascarilla.
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